lunes, 14 de septiembre de 2015

Arte para mejorar la vida.


Que hace algún tiempo pinto, no es un secreto. Que hago fotografía, tampoco. Que escribo en los papeles que ya no sirven en el trabajo, nadie lo sabe. Bueno ahora sí.
Cuando se incorpora la mirada artística a la propia vida, todo cobra un sentido nuevo, otro significado, no exagero. Hoy en día ya no podría concebir mi vida alejado de papeles, pinceles, lápices, colores…
 La mirada cambia totalmente. Yo voy por la calle y esto es verdad, miro proporciones, perspectivas, sombras, texturas, regla de cuartos, formas, también escucho sonidos, me detengo a oír y ver cosas que estoy absolutamente seguro, no cualquiera puede o sabe hacer. No es jactancia, es aprendizaje.
Los distintos talleres y cursos de artes visuales y fotografía, incluso aquel lejano taller literario que supe hacer hace ya tanto tiempo, me han servido mucho, muchísimo. Esas experiencias de iniciación fueron las que han ido abriendo la cabeza a un mundo que convive con el mundo “real” de la vida diaria. Me siento privilegiado por poder disfrutar de ese conocimiento, por tener un espacio para crear y esto es a lo que quiero realmente apuntar: la creación.
El acto de crear es algo único.
Recuerdo, mejor dicho me recuerdo a mi mismo hace unos... treinta años? Wow…  increíble pero real, queriendo escribir. Bueno, realmente escribía y eso fue mi primer experiencia como creador. Creaba historias. Inventaba historias con forma de poemas y cuentos y también fallidas novelas que nunca supe como continuar, tengo unas cuantas empezadas y sabe Dios que nunca llegaré a terminar. Hasta canciones hacía y les ponía música. Pasaba horas por las noches poniéndole palabras a mis sueños. Me acuerdo como si fuera hoy. Cualquier cosa podía inspirarme para escribir algo. Una imagen, un dibujo, una situación. En verdad creo que funciona así. Me dormía muy tarde escribiendo y escuchando música, infaltable. Me daba una sensación de libertad e independencia. Y también leía. Leía bastante, libros no me faltaron afortunadamente. Luego vinieron mis primeras experiencias pictóricas. Autodidactas. Claro que tengo que reconocer que había visto a mi papá muchas veces dibujando y pintando desde que era muy chico.
Pero yo quería tener mis propios lápices y pinceles. Y los tuve. Y los tengo y los seguiré teniendo. Colores a través de témperas, acrílicos, oleos, pasteles, tinta, papeles. Comencé a probar y a experimentar y aún lo hago, eso es lo maravilloso, que nunca se deja de jugar con el arte. Tablas, cartones, papeles, telas y bastidores hechos por mí, el piso, una pared, la arena, todo sirve para expresarse.
Los sueños buscan salir a la luz de cualquier manera, se expanden sirviéndose de cualquier elemento que pueda conseguir, una forma, un sonido, una palabra, un trazo, una emoción.
Recuerdo de aquellos primeros años, mis experimentos con las palabras en el espacio del papel. Podía utilizar un lápiz, una lapicera, una pluma con tinta, un pincel, la máquina de escribir. Lo importante era  escribir, poemas con formas caprichosas, palabras unidas por el sonido apenas, traídas a la superficie del sonido tal vez por sus formas, por la consonancia. También por los silencios. Qué importante es el silencio como lo es el papel en blanco o el espacio vacío. Cuanto significado cobra ahora ver un poema con su estructura aparentemente quebrada, un poema atravesado de silencios, sentidos interminables e infinitos leídos una y otra vez. Puntos suspensivos, comas, signos de admiración, de interrogación, comillas, paréntesis y tantos símbolos dándoles tanto sentido a un poema.
Palabras tras palabras hilvanadas detrás de un sueño, de una idea, de una ausencia, de una presencia. Sentía que había tanto por escribir y eso no ha cambiado, siempre hay tanto por escribir. Por aquellos días mis poemas consumían varias páginas, ahora en una página puedo albergar varios poemas. A veces son solo frases que encierran o despiertan sentidos. Hoy tienen esas formas tal vez un poco diferentes a los de ayer, pero en el fondo siguen diciendo lo mismo. “La canción siempre es la misma”.
Ir a Bellas Artes, definitivamente me abrió una puerta que hasta ese momento tenía vista y no había tenido la oportunidad de conocer. Realmente me permitió entender que si la necesidad de expresarse está, no debiéramos nunca negarnos a hacerlo. Yo hasta ese momento había tenido cierto “respeto” por el arte, esa clase de respeto casi prejuicioso, porque simplemente uno no se siente capaz de hacer cosas. Cuánto tiempo había perdido hasta ese momento, realmente. Pero mejor tarde que nunca. Aprendí la teoría necesaria para poder perder ese “respeto” por el arte y entender finalmente que cualquiera puede acceder a ese mundo. Solo es necesario atreverse, todo es permitido. Es probar, experimentar, mucho ensayo y error para poder llegar a “ver”. Hoy me siento feliz de llegar a casa y poder hacer algo luego de haber estado un día pensando el cómo.
Eso me hace bien, poder trabajar con materia para darles una forma que me busca a mí, más que yo buscarla a ella. Mezclar colores, materiales, texturas, técnicas y quien sabe que más… Y siento que apenas estoy comenzando, eso es lo más emocionante.
Mientras escribo esto, miro algunos de los cuadros que pinté, y los siento observándome y me siento orgulloso por haber llegado a ellos, por haberles dado vida. Eso siento. El proceso puede ser más o menos largo desde que comienzo por alguna parte. Ya lo dije antes, puede ser una idea, una imagen, una mancha, un recorte de papel, un pliegue del papel o del cartón; miro los pasteles sobre la mesa, o los acrílicos, o los pinceles, una carbonilla, un lápiz de grafito 4B, tinta china, lápices de colores, marcadores, objetos variados, pedazos de madera o de plástico, etc… son tantas cosas de las que puedo servirme para sacar afuera eso que permanece adentro.
Esta misma notebook me permite decir esto y poder compartirlo. Es una herramienta más. Tan válida como los pasteles al óleo que me fascinan por la nobleza de su materia, sujetarlos mientras los deslizo sobre un papel, un cartón, sentir su olor me hacen feliz. Poder  darles calor con mis manos para hacerlos más corredizos, más amables, más míos… Me miro las manos enchastradas de pastel, de acrílico, de tiza, de tinta, de plasticola y siento que no podría estar haciendo otra cosa, siento que no podría estar en otro lugar en ese preciso instante.
También me sucede hace menos tiempo, pero también es una sensación poderosa, con la fotografía. La descubrí hace relativamente poco y siento que la conozco de toda la vida, parece una cursilería, pero es la frase que mejor refleja lo que siento. Buscar y “crear” una imagen también es algo increíble. Transmitir algo a través de una fotografía es algo realmente poderoso. En fin, estoy hablando del poder y el valor de una imagen. Es el valor que tiene algo captado por los sentidos. Eso es traducido por el cerebro y produce un estado de ánimo. Eso es lo poderoso del arte. Uno conmueve a través de la creación.
Lo pienso y suena algo pretensioso, pero es lo que siento. Haciendo esto que amo, es cuando más auténtico me siento. Definitivamente soy yo. No hay máscaras, no hay excusas, no hay prejuicios, no hay impostación, no hay personaje. Si leés algo que escribí alguna vez, hace un mes, un año, diez, quince o más me estás leyendo a mí. Si mirás algo que dibujé o pinte la semana pasada, o hace cinco años o hace diez, también soy y o, vas a saber de mí, vas a conocerme sin saber quien soy. Si te colgás con una foto que subía al FB ayer o la semana pasada o el año pasado, también me conocerás un poco más.
Yo no voy a hablar de mí porque hoy te puedo decir algo que tal vez mañana me parezca ridículo y al día siguiente haya olvidado, porque soy humano ni más ni menos. Porque creo que el ser humano es contradictorio porque es la naturaleza de la especie. ¿Qué quiero decir con esto? Que hay cosas que no debemos tomarnos tan en serio. La vida es una sola.
 Pero si se te ocurre pasar por algo que hice, entonces siempre voy a ser yo. Todo el tiempo siempre.
Es una invitación apenas, nada más y nada menos.

Gracias.
Y buenas noches.

Hallazgo...

Al fin descubrí lo que es la pacana... es una nuez, también conocida como nuez de pecan. Mili lo decía de chiquita, algo así como: "la pacana..."
Tiempo al tiempo todo llega...

Sentimiento

No es un buen momento. Es un tiempo muy extraño, me asaltan recuerdos muy viejos. Tal vez en otro momento esos recuerdos los recuperaría con alegría y nostalgia, pero en este instante, me resultan crueles.
Vacaciones donde me recuerdo muy chico, mi barrio cuando aún era ingenuo y gentil, vecinos, compañeros de escuela, primos, abuelos, juguetes, días del niño, navidades, reyes, tardes de televisión en blanco y negro, regresos del jardín o de la escuela primaria, las meriendas, los juegos, los sueños, las siestas, el agua de lluvia que podíamos beber, cuando mis padres eran jóvenes e inmaculados, cuando no eran humanos, cuando la muerte era como un país desconocido y lejano, cuando la realidad de un niño, no es la realidad de un adulto.
Tantas vacaciones que permanecen en un recuerdo único y eterno, donde éramos únicos y eternos. Un país donde la niñez no tenía fecha de vencimiento y lo peor que podía pasarnos era pisar descalzo arena caliente. Me acuerdo aquellos arroyos que arrullaban nuestras siestas.
Mi vida es medio siglo y cada vez voy viendo menos caras familiares y las que me reflejan, me recuerdan lo breve y efímeros que somos. Porque en algún momento sucedió lo que nunca imaginamos o vivíamos como una pesadilla ajena. Porque la vejez y la muerte eran la de alguien desconocido, o alguien que finjíamos conocer. Me viene a la memoria el funeral de aquel viejito ruso, vecino nuestro, donde personas que hablaban raro me rodeaban y yo no sabía muy bien que hacía allí, solo me acuerdo de mamá que me decía: "parece que estuviera dormido" pero no recuerdo nada más... seguramente la mente protegía al niño que era, total para qué, ya tendría tiempo por delante de ir a funerales y entierros, y ciertamente los tuve.
Y por qué hablo de la muerte? porque es de lo que necesito hablar esta noche. Mi mecanismo de defensa es este. Escribir, dibujar, pintar, soñar es lo que me protege de este mundo de mierda que no hace otra cosa que lastimar a quienes amo.
Es también una manera de encontrarle sentido al sin sentido de esta vida. Venimos al mundo a sufrir. Cada paso que damos, lo damos hacia la muerte. Cada vuelta que dan las agujas del reloj, nos acercan un poco más al final de nuestro camino (y al de los demás).
Escribir me ayuda a entender las cosas a mi manera. No se si estaré en lo cierto, pero a mi me sirve. Como también me sirve buscar formas y colores en un papel, un cartón, un pedazo de tela.
Siento que me quedan tantas cosas por hacer y que es tan poco el tiempo que tenemos.
Son tantas las cosas que faltan decir. Espero poder decirlas a tiempo.
Buenas noches.

martes, 8 de septiembre de 2015

...

Porque los recuerdos
se nos escapan de la memoria...

Caballero antiguo.

¿Dónde estás estrafalario caballero soñador? 
¿Dónde te quedaste?
¿Contra qué molinos perdimos tu sombra?
¿Dónde quedó tu caballo flaco y muerto de hambre?
¿Dónde tu panzón escudero y confidente?
Lo único que escuchamos es el viento
sollozando tu recuerdo
entre las destartaladas aspas
de un empecinado sueño.
Nos ha quedado tu sombra al menos
detrás de la cual
tratamos de emprender nuestras modestas batallas,
sabiendo que la victoria no está en ganarlas
si no en presentarlas siempre.

esperanza...

es un tiempo inhóspito
para las almas sensibles.
los amaneceres
parecen estar muy lejos aún
para regocijarnos en la vida
sin embargo, la esperanza crece
como la hierba
en las grietas del cemento
supongo que mientras haya aliento
la esperanza tendrá su oportunidad
tan solo debemos levantar
nuestras cabezas buscando
un camino prometido
que tal vez esté lleno de malezas
pero aún así, ahí estará...

viernes, 4 de septiembre de 2015

¿De qué están hechos los sueños?

¿En qué momento los sueños de una persona se convirtieron en poder conservar un trabajo para poder pagar las cuentas?
La mayoría de las personas vivimos con ansiedad, con incertidumbre, con miedo la permanente posibilidad de perder el empleo. Conforme pasan los años para alguien, cuanto más "grande" se vuelve, cuanto más "viejo" se pone, esta idea se hace mayor.
La sociedad de hiperconsumo que hemos descubierto en el correr vertiginoso de los años, nos ha vuelto vulnerables en nuestras convicciones, desconfiados de nosotros mismos.
El modelo de sociedad que nos "modela", impulsa la competencia entre las personas como único medio para sobrevivir. Este modelo de sociedad occidental despoja al hombre de sus valores para volver a infundírselos, pero desde otro lugar, con otra perspectiva. Le impone de alguna manera al hombre un nuevo ideario desde el cual desarrollar sus intereses, sus búsquedas, sus sueños. Es como si nos dijeran de un día para el otro: "este sos vos, en estas cosas crees y en aquello querés convertirte". y nosotros, con una gran sonrisa en los labios, asentimos con la cabeza, dándole la razón (y la vida entera) al sistema, mientras chequeamos los estados de FB.
Es un intercambio nefasto el que realizamos para poder "ser felices". Tal es el nuevo significado de la felicidad que hoy en día nos gobierna. Porque hoy ser felices es igual a comprar una buena tintura para el pelo; tener el último modelo de secarropas; que los chicos no tengan piojos en la cabeza; que una mujer pueda darle de comer a su familia, abriendo paquetes de fideos, haciéndoles creer a los suyos, que ella misma los amasó; que un desodorante dure todo el día; que un teléfono celular te coma la cabeza todo el día... y siguen las razones para ser felices hoy en día.
Tenemos los sentidos rodeados de falsas espectativas, pero pareciera que nada nos importa porque cada uno cuida su pedacito de "libertad" como mejor puede. 
¿"Libertad" dije?
¿Y qué es la libertad entonces?
No tengo idea, porque para cada uno va a significar algo diferente. Con que te pongas a pensar un poco en esto, para mí es suficiente.
Buenas noches.

martes, 1 de septiembre de 2015

Al final, para quien trabajamos?

Lo que una empresa gana frente a lo que remunera a sus empleados de base, es irrisorio. Un vendedor puede facturar en un solo día (y más también) lo que mensualmente puede llegar a obtener como salario, o sea de los 20 o 25 días netos que puede facturar efectivamente, solo uno de ellos "trabaja" para el, los restantes días lo hace y obtiene beneficios para la empresa.
Las estadísticas internas que se bajan como información confidencial, no sirven para otra cosa que para medir el rendimiento de quienes trabajan. Una empresa busca aumentar el rendimiento literalmente a costa del esfuerzo de quienes forman parte de ella. Lamentablemente a la hora de reconocer ese esfuerzo, regatea miserablemente lo que debe pagar a sus empleados.
El proceso inflacionario del cual las mismas empresas son cómplices, es lo que destruye el salario que tanto mezquina la empresa. Los premios son dádivas minúsculas que según los contadores desequilibran los frágiles presupuestos.
Cuando entro al baño de mi empresa, el baño que debemos usar decenas de personas durante todo el día, me indigno porque no tiene un mínimo de higiene. Posiblemente el sistema de desagüe funcione mal o directamente no funcione. Faltan insumos básicos como jabón, papel sanitario, toallas descartables. Y muchas veces la respuesta es la misma, no hay presupuesto. Y nos piden paciencia. Para todo nos piden paciencia. Me pregunto, también se la piden a los accionistas de la empresa?
Pero por supuesto, debemos guardar las apariencias, cuando se producen las auditorías, se hacen sobre la parte "visible" de la empresa y nunca llegan hasta aquellos lugares donde está la mayoría de los empleados. De eso se trata todo, guardar las apariencias: "si hay miseria, que no se note".
Cuando uno pone en la balanza todo aquello logrado y todo lo que falta, no debemos engañarnos ni conformarnos con soluciones cómodas como la de: "tal o cual cosa es un gran beneficio... no todas las empresas lo dan".
Hay realidades insoslayables. Una crisis económica es una de ellas, cuando por diferentes motivos, se crea una ilusoria realidad de consumo sostenido, llegamos a pensar que todo está bien, que la rueda gira como debiera. Que el sistema finalmente funciona, entonces si es así ¿porqué no vemos todos el beneficio de estar dentro de ese sistema que funciona?
Hay veces que pienso, creo firmemente que más allá de variables y ecuaciones estadísticas, el grupo humano es lo principal y hasta pareciera por un momento, que para la empresa también lo es. Pero cuando uno ve determinadas medidas y decisiones, se lo cuestiona profundamente. Es evidente que tenemos puntos de vista muy diferentes.
Un empresario podría tener de su lado a la gente que contrata, con decisiones tan simples, que le daría un impulso nuevo al proceso de crecimiento.
Creo firmemente que haciendo partícipes en ese proceso a quienes sostienen una empresa, haría que todos se hagan responsables en las distintas fases de ese proceso. Esta sería una verdadera política de puertas abiertas, lo demás es otra cosa.
Eh, gente de RRHH, uds. quieren saber como estamos, que necesitamos, vengan a dónde nos encontramos y lo vemos juntos. Uds. pueden tomarse refrigerios en cualquier momento de su jornada laboral, por ejemplo toman mate, café, té, comen galletitas, tortas que alguien lleva, un alfajor... ok, si uds. pueden, los que estamos abajo también podemos, de otra manera lo haremos de manera "clandestina". Nuestro baño está inutilizable, usamos el de uds. hasta tanto el nuestro quede en condiciones. Hay quienes no necesitan registrar electrónicamente sus entradas, salidas y descanso. ¿Porque no lo hacemos para todos por igual? Un minuto de tolerancia por día es lo que tiene la mayoría para llegar tarde, ok. Controlemos entonces el horario a todo el personal jerárquico.
O sea, podría seguir enumerando cuestiones que hacen que no todos seamos iguales bajo el mismo techo de la "empresa-familia", esto es claro.
¿Y qué sentido tiene entonces?
El de dejar en claro que las cosas están claras (valga la redundancia).
Y me queda por demás claro también que algunas ideas expuestas, son por cierto, radicales y extremistas. Pero debo ser consecuente conmigo mismo. No puedo mirarme al espejo como si todo estuviera bien. Debo expresar lo que pienso y siento.
Buenas noches.