martes, 1 de febrero de 2022

Basqui






 


Era como si siempre lo supiera, que el tiempo que tenemos aquí es efímero, frágil, insuficiente. Que no debemos perderlo en tonteras y que juguemos, porque era lo que siempre nos proponía: jugar, porque él había venido a eso, a jugar con nosotros. Vino a decirnos y pese a nuestro dolor, a demostrarnos, que la vida es un suspiro y se mide en momentos, en aquellos momentos donde la alegría nos hace olvidar por un instante, que la muerte está cerca y que solo es una parte más de la vida, que forma parte de ella.

Basqui fue nuestro Principito en estos últimos años, se fue tan de repente como había llegado. Pasó fugazmente por nuestras vidas y las transformó. Nos llenó de alegría, de un amor inmenso y desinteresado, vino a enseñarnos a jugar, que la vida son solo momentos, vino a enseñarnos a ser agradecidos por todo lo recibido, y que agradezcamos cada día. Que cada mañana nos levantemos con una sonrisa, como cada mañana que él nos despertaba o bien haciendo mucho ruido mientras corría a Blue (la gata) o bien con tiernos mordiscos en la pierna, para que le demos de comer.

Vienen a mi mente miles de momentos donde aparece nuestro nenito negro, donde muchas de esas veces era para retarlo por alguna macana que se había mandado y entonces se escondía, o para morirnos de risa por sus ocurrencias y travesuras, para escucharlo “hablar” mientras nos miraba fijamente, porque nos hablaba mirándonos a los ojos, también cuando se acercaba aquí mismo donde estoy ahora sentado a la mesa, escribiendo, para tocarme el brazo porque me había traído una colita del pelo toda estirada, porque adoraba ir a buscarla cuando se la tirábamos, esa colita de pelo era su juguete favorito.

Ahora mismo lo imagino en cada rincón del departamento donde solíamos verlo, porque habitó muchos, quietito, con sus patitas recogidas, como “pan lactal” como pensando mientras dormitaba en cosas que solo él sabría.

Basqui nos trajo alegrías y emociones, porque hasta esta última, la de la tristeza, también llegó para enseñarnos y la mayor enseñanza que rescato es la del agradecimiento. Yo en lo personal agradezco la bondad y belleza de este hermoso animalito que vino a nuestras vidas por tan poco tiempo, tan corto, pero a la vez tan intenso.

Ahora la vemos a Blue, recorriendo el departamento olisqueando los espacios, sin dudas lo huele, pero no lo ve, lo extraña, peleaban bastante, pero sin embargo cuando estaban en la cama y él se dormía, ella se acercaba a lamerle la cabeza. Era una relación de amor odio, sin dudas, jajajaja.

Estamos viviendo un tiempo de duelo en la familia. Lo hemos llorado mucho, yo seguiré llorándolo por algún tiempo, es una herida que llevará tiempo cicatrizar. Llegarán los momentos de recordarlo por tantas cosas hechas y no hechas también, porque a veces bastaba oír un ruido en la cocina, para llamarlo, y él aparecía entonces viniendo de alguna habitación. Nos dejó miles de anécdotas, nos regaló recuerdos imborrables, dejó una hermosa huella en nosotros y esa cicatriz, se irá borrando a fuerza de sonrisas, de las sonrisas que él nos arrancaba y que aún nos arranca.

Ahora lo pienso, pero no estoy seguro, tal vez llegue a nuestras vidas otro gatito, es difícil saberlo. No ocupará su lugar, definitivamente no lo reemplazará, pienso que adoptar a otro gatito, sería darle la oportunidad a un gatito rescatado, de tener una familia como la que Basqui tuvo y de ser feliz como él lo fue con nosotros, porque no tengo dudas que él fue tan feliz como lo fuimos nosotros con su presencia. Es verdad que nosotros somos elegidos por nuestras mascotas y no al revés. Es muy probable que allá afuera haya otro/s que esperan por una familia. El tiempo lo dirá.

Gracias nenito hermoso. Volá alto y gracias por haber estado con nosotros. Tu presencia nos acompañará por siempre.

 

1-2-2022