miércoles, 23 de diciembre de 2020

El año de la pandemia.

úblico
Estoy pensando y mientras estoy pensando, el mundo sigue cambiando, nos sigue cambiando y seguimos cambiando al mundo. Un año que quedará marcado a fuego en los libros de historia: el año de la pandemia. Habrá miles, tal vez millones de anécdotas sobre lo vivido este 2020. Por que un día nos fuimos a dormir y al día siguiente, estábamos viviendo una película de ciencia ficción. Cientos de filósofos tratando de analizar el fenómeno social que había originado un virus, como había cambiado la cultura del siglo 21, se comenzó a buscar antecedentes en la historia y no se encontró ninguno. Entonces esto era algo inédito, algo nunca visto, algo soñado apenas por directores y productores de cine catástrofe. No había cura, era un virus feroz de alto poder de contagio, el contagio era de persona a persona, era un virus social, era como si castigara precisamente aquel rasgo que nos distingue de otras especies, la sociabilidad. Vivimos como suspendidos en el tiempo y el espacio. El año había comenzado con las expectativas habituales, de crisis económica, de problemas sociales, crisis de fe como cada año y cuando podríamos haber pensado que no podíamos estar peor, ciertamente sí, podíamos estar peor, la vida nos sorprendió a todos los habitantes, no solo del país, sino también del mundo. Todos debimos quedarnos aislados. Comenzamos a vivir en la incertidumbre total. El gobierno nacional diciendo una cosa, pero claramente sucedía otra en la calle. Se cerraron definitivamente muchas, muchas empresas y fuentes de trabajo. Miles de argentinos quedamos a la deriva. Los mensajes presidenciales del principio, que prometían cuidados y prevención, y eran casi diría, fervientemente esperados, con esperanza, por último parecían ya una tomadura de pelo. "Hacemos lo que hacemos para cuidarlos".
En fin, ya ni sus propios seguidores, aquellos que los habían llevado al poder la última elección creían en sus palabras. La gente comenzó a salir a trabajar igual, a riesgo de contagiarse. La curva subía y bajaba, subía y se aplanaba. Pero aún así decían que lo que buscaban era proteger el sistema de salud, a los más vulnerables, en fin. Hay opiniones encontradas, pero lo cierto es que la gente se fue contagiando con mayor velocidad cada vez. Y la gente comenzó a morir en mayor número, también cada vez. Ya no importaba si era CABA, si era AMBA, si era conurbano, si era primer, segundo o tercer cordón, tampoco si era de tal o cual provincia. La actividad se paralizó, pero no del todo, solamente muy al principio hubo una total detención de los sistemas y estructuras sociales. No había atención al público de nada. Pero así no había economía que aguantara. Si nuestra economía ya estaba en recesión, con lo que estaba sucediendo, era algo así como una estocada final, un golpe de gracia, repito, para millones de argentinos. Se aguantó como se pudo. Muchas empresas, que ya habían iniciado el año anterior un proceso de repliegue, han aprovechado el momento y decidieron cerrar varios de sus tiendas y locales, algunas de manera definitiva y otras de forma parcial. De todas maneras lo cierto es que miles/millones de argentinos se quedaron sin trabajo, algunos con la fortuna de una indemnización otros lamentablemente se quedaron con los bolsillos vacíos. La inflación en la Argentina, ha sido el peor de los flagelos históricos, junto con el desempleo y la pobreza, podemos continuar con la falta de vivienda digna, la desnutrición infantil, la falta de políticas educativas serias y por debajo, pero no menos importantes, la creciente inseguridad, la violencia de género, el delito en general, sea cual sea su origen. En fin, todo eso además del Covid19, seguía y sigue sucediendo en Argentina. Lo cual empeora todo para la gran mayoría de los argentinos, aunque sabemos que no a todos les va mal, pero eso es otra historia (la historia de siempre).
Para cerrar, puedo decir que las crisis impulsan cambios definitivos, proponen crecimiento, y bien sabemos que crecer duele. Hemos despedido, al menos a la distancia, seres amados, cuando veíamos por televisión, precisamente que la vara no es pareja para todos. Pero debimos aceptarlo. Tenemos frente a nosotros un panorama incierto, de muchas preguntas, sin respuestas o respuestas a medias, esquivas, mentirosas, inútiles, pero está en cada uno sacar lo mejor para seguir creciendo, seguir avanzando por este camino. Porque lo único cierto es que no hay que detenerse, hay que seguir, hay que seguir, hay que seguir y cada uno sabrá por qué lo hace: su familia, sus padres, sus hijos, sus amigos, sus afectos, por si mismo. Por eso creo que cada uno sabrá por qué brindar esta noche buena, este fin de año; cada uno sabrá cuales son sus molinos de viento, sus metas, sus límites, su horizonte. Porque después de todo está claro que así como hemos visto un reverdecimiento de la naturaleza estos meses en que el ser humano, se vio retraído, replegado puede ser que algo hayamos aprendido de esta naturaleza. Felicidades para todos y a no bajar los brazos, que lo mejor (dicen) está por venir. Gracias Universo por todo lo que has puesto en mi camino. Gracias.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Hacer lo que te gusta.

De vez en cuando, debería dejar por escrito algunas de mis sensaciones, para poder leerlas alguna vez y recordar el momento que las originó.

Realmente cuando se desea algo fervientemente, con sinceridad, con amor, con pasión por eso, con una casi ilógica confianza y creencia, no hay otro camino más que eso deseado, simplemente aparezca frente a uno. En este camino de aprendizajes iniciado hace tanto tiempo, aún cuando todavía no sabía que lo había iniciado o que no me quedaba del todo claro que lo había iniciado, o siquiera que había frente a mi camino alguno, mi vida, mi ser, fue experimentando cambios imperceptibles que me fueron preparando para lo que iba a sucederme irremediablemente. Tantas preguntas entonces sin respuesta, hoy se van iluminando poco a poco y me inundan de una felicidad extrema, una felicidad emocionante que me hace sentir inmensamente afortunado, por ser quien soy y por estar donde y con quienes. Cada nuevo paso, cada nuevo día y a pesar de todo lo que nos deja un sabor amargo, voy experimentando una especie de libertad consciente. No es una felicidad boba, sin sentido, si no muy por el contrario, es una felicidad que sabe el por qué.

Si bien los pasos son pequeños, casi imperceptibles muchas veces (casi siempre), diría como las agujas del reloj, cuyo movimiento casi no notamos, pero que sin embargo ahí están, moviéndose sin cesar, todo el tiempo, infinitamente, mis pasos me han traído a este momento único e irrepetible, donde como dije, me va colmando una felicidad emocionante, de descubrimientos permanentes donde todo cobra sentido, un sentido muchas veces retrospectivo, que es algo así como la sensación de que el Universo me va dando pequeñas (pero necesarias) palmaditas al hombro, para decirme en un lenguaje mágico: seguí adelante, vos podes ser todo lo que quieras y ciertamente mereces.

Enumerar las acciones, las circunstancias, las personas, los momentos que han motivado que yo esté aquí right here, right now sería largo, un poco aburrido (porque a veces sencillamente no sucede nada, o sí) y tal vez se pierda el sentido de lo que quiero decir, pero trataré de decirlo con el ejemplo mismo de mi vida.

Podría comenzar diciendo que en mi vida el arte ha tenido un camino arduo por no ser reconocido por mí mismo, más que como un pasatiempo, un hobby, cuando en realidad debí haberlo abrazado inmediatamente cuando tomé contacto con las primeras expresiones artísticas. Siempre dudé de mí mismo y lo que podía ser capaz, de lo que yo mismo podía generar. Vamos que no es que hoy tenga todo claro frente a mí, pero este año, el haber estado tanto tiempo en casa con motivos de la pandemia y la suspensión temporal en mi trabajo. Me permitió volver a acercarme a esa parte de mí. Me permitió reconocer el origen de mi forma de ver y sentir lo artístico. Hoy debo decir que tengo en mi todo el tiempo pensamientos, razonamientos, reflexiones, ideas en torno a lo artístico. De hecho hoy en mi casa (y hace algún tiempo ya) tengo colgados pinturas mías, he regalado algunas a algunos familiares y amigos, pero siempre con un dejo de modestia, de pudor, como de vergüenza y no sé por qué. Hace tiempo vengo experimentando desde lo técnico con materiales y soportes, inicié y dejé trunca una carrera terciaria, hice y deshice talleres de fotografía buscando, siempre buscando algo más. Y la escritura que también siempre me acompañó, me fue sirviendo para tratar de mediar, de entender, de pensar estas cuestiones en mi vida. Sin dudas todo esto me apasiona, pero no alcanza. Como dije, tuve el tiempo suficiente en medio de este hecho inédito de aislamiento social por tanto tiempo, que más allá que haya perdido mi trabajo, de seguir cuestionándome a mí mismo sobre que debería hacer conmigo y mi arte. Y he llegado a la conclusión de que quiero (o quisiera) vivir de mi arte. Como sea. Pero sé que no alcanza, o al menos no de la manera concreta que me alcanzaba con el empleo común y corriente, que dejé de tener hace un par de meses. O sea dicho más llanamente, hay que seguir pagando cuentas.

Desde hace un tiempo y siguiendo con mi cuestión experimentativa en cuanto a lo artístico, empecé a trabajar con materiales que podríamos llamar de descarte: trozos de madera, alambre, clavos, tornillos y otros objetos metálicos pequeños, a eso les fui agregando de acuerdo a mi criterio, color para construir nuevos objetos. Esto no es novedoso, obviamente, pero puedo decir que si bien artistas cuya especialidad es por ejemplo (y por llamarla de alguna manera) el retrato, cada uno tiene una particularidad, un estilo que hace que esos retratos sean únicos. Quiero decir en mi caso que luego de ver que muchos artistas, sobre todo a partir del siglo XX, han trabajado desde la construcción de sentido a partir de materiales de origen natural o industrial, para resignificar una idea, un concepto a partir de su particular visión, me he sentido inspirados en ellos para mis propias obras y concepto. Grandes artistas me han servido de guía para poder construir las pequeñas piezas que hago. Están aquellos artistas consagrados y que al menos de nombre son muy conocidos mundialmente, pero también hay un ejército de artistas que trabajan incansablemente desde el anonimato y que también considero absolutamente talentosos y de los cuales he aprendido mucho (sigo aprendiendo, me fascina). Y esta es la razón por la cual no menciono aquellos nombres conocidos, por respeto a los que no han sido “bendecidos” por las luces del éxito comercial (tan necesario en nuestra sociedad).

La vida de todos esos artistas me inspira permanentemente, si hay una época, una corriente artística que ha dejado una huella profunda en las generaciones siguientes, que ha dejado abierta las infinitas posibilidades artísticas actuales y por venir, es a mi modesto juicio, el impresionismo. Los anteriores movimientos y corrientes, considero, fueron absolutamente necesarios para llegar al impresionismo, pero creo fervientemente que los impresionistas fueron bisagra fundamental para poder comprender todo lo que vino después, por decirlo de alguna manera, han sido ellos quienes cambiaron las reglas de juego para todo el arte que vino a partir del siglo XX. Insisto en lo personal y subjetivo de mi pensamiento, pero sería una voz más en el concierto de voces que hablan de arte. Y siento que puede ser tan válida como cualquier otra.

Pero no quería ahondar tanto en estas cuestiones tan técnicas, sino más bien decir que en este tiempo de aislamiento que decidí llamar #cuarentenacreativa pude desarrollar y construir objetos varios a partir de los elementos mencionados anteriormente. Dándoles mi propia impronta de autor, porque lo que en definitiva soy es eso: un autor, un artista. Y me ha costado, me cuesta dar a conocer mi trabajo, mi manera de ver el mundo, mi forma de expresarme a través de esos personajes que fui creando, de esos objetos únicos y particulares.

Con respecto a dar a conocer mi trabajo, ha sido un tanto difícil para mí ya que no tengo un manejo muy fluido de las redes sociales, espacios absolutamente necesarios a esta altura de la vida para todo aquel que quiera difundir lo que hace y lo que yo hago, también necesita de esa difusión. Además de autor y artista, también me considero emprendedor, ya que me estoy haciendo cargo de la difusión y venta de mi propia obra, entonces por eso el espacio ideal es una feria de emprendedores donde yo puedo darme a conocer. Decidí encarar esta parte del camino, de esta manera, como un artista emprendedor. Y es por eso que el próximo domingo 20 de diciembre del corriente y no tan corriente año 2020, voy a participar de una. Y luego de una sucesión de circunstancias, tras las cuales y luego de consultar como participar y con la advertencia de no tener la seguridad de participar, un finde anterior atravesado por lluvias y tormentas, la inseguridad de poder participar y la confirmación ayer mismo de que finalmente participaría, es que puedo expresar una vez más mi agradecimiento infinito al Universo. Definitivamente para empezar a caminar hay que dar un primer paso. Dicho esto, insisto en la creencia de que cuando uno desea realmente algo, con el alma, el corazón, absolutamente convencido de lo que está haciendo, simplemente sucede.

Hacer lo que te gusta, es un camino lleno de obstáculos que no podríamos nunca dejar de andar. Yo a mis 55 años, estoy comenzando a entenderlo, más vale tarde que nunca. Me acuesto y me levanto cada día pensando que hacer, como hacerlo, divago sobre formas, colores, materiales y soportes. Siento que mientras pueda seguir así, estaré bien, mientras mis pensamientos persigan esas ideas, mientras mi creatividad siga viva, mientras la imaginación no se detenga, habrá vida por delante que valga la pena ser vivida. Y por supuesto seguir siendo feliz por el camino elegido, en la compañía de mis seres amados, ya que sin ellos, nada de lo anterior hubiera sido posible o valdría la pena. 

miércoles, 2 de diciembre de 2020

Carta de amor a mi futuro ser en el trabajo.

 

La vida da oportunidades y a veces es una sucesión de ellas, aunque no siempre las veamos porque estamos demasiado ocupados quejándonos. Seguramente hemos oído muchas veces que las crisis son oportunidades. Pero cuando nos sucede a nosotros comenzamos con un ciclo de quejas y autocompasión, muy negativo. Pero hay que romper con eso, hay que salir del “agujero interior”…

Lo importante es lo que somos como personas. Lo importante es lo que construimos, la impronta que queremos dejar en este mundo. La huella que estamos llamados a dejar. Siento positivamente que estamos en esta vida para decir: aquí estamos. Y la huella que yo quiero dejar en este lugar es a través del Arte. Sin dudas, si alguien me preguntara como quisiera ser recordado, respondería que me gustaría ser recordado como un artista inquieto. Desde que tengo uso de razón lo artístico estuvo en mi vida. Siendo muy chico, recuerdo a mi papá pintando al óleo, cuando él volvía de trabajar. Los olores a trementina, aceite de lino, óleo quedaron en mi memoria olfativa y emotiva, y me marcaron a fuego. Fueron mi puerta de entrada al mundo artístico, sin saberlo, obviamente. Fueron el descubrimiento de un mundo posible. Encontré en la expresión artística, una nueva forma de comunicarme, de apasionarme por algo. Claro que todo fue sucediendo lentamente, no fue inmediato. Al camino del arte lo recorrí en distintos tramos, escribiendo, dibujando, pintando, recortando y pegando, fotografiando, todo era válido, experimenté y mucho, por mis propios medios, hice mucho ensayo y error. Todo era ir descubriendo poco a poco y para eso hice cursos, talleres, inicié carreras, busqué libros, discos, miré películas, leí las historias de los artistas, vi películas sobre ellos, leí libros sobre ellos, absorbí todo cuanto pude sobre artistas diferentes: pintores, escultores, músicos, poetas, novelistas, fotógrafos, en fin, cuanto más conocía, más quería conocer. Ver las similitudes o diferencias entre ellos. Conocer detalles de esas vidas, de sus obras, de sus tormentos. Todos eran seres humanos atravesados por pasiones y miserias, dolores y triunfos, eran seres que en muchos casos no supieron ser otra cosa que lo que fueron. Y lo mejor de todo es que sus vidas están ahí, perpetuadas a través de sus obras, de su legado y hoy son, al menos para mí, un faro en medio de la oscuridad. Y por eso quiero emprender finalmente y de manera definitiva este camino, el camino a través del arte.

A lo largo de mi vida me desempeñé en muchos empleos, suponiendo que serían por un tiempo, que eran necesarios para mantenerme a mí mismo por un tiempo y para mí familia más adelante. De todos adquirí la experiencia necesaria para dar el paso siguiente, de todos  me llevé el recuerdo de muchas personas y de todos aprendí un poco más sobre mí y también de la vida, pero fundamentalmente aprendí de mí mismo. Es tal vez lo más valioso que nos queda, aquello que vivimos junto a otras personas, que transitan nuestro mismo camino, por un tiempo.

La vida es aprendizaje, sigo aprendiendo, he aprendido a soltar, no sin dificultad, cuando fue necesario, para estar liviano, para poder continuar el camino y seguir aprendiendo. Y es por esto que puedo detenerme un momento y ver el camino que me trajo hasta aquí. Pero también vislumbrar el porvenir, es un punto de inicio para lo que resta y quiero que sea a través del arte, porque se positivamente que así quiero que me recuerden, como aquel tipo que a pesar de todo, hizo lo que lo hacía feliz. Es mi deseo personal para mí, pero también lo es para quien se tome uno o dos minutos para leer este manifiesto.

sábado, 31 de octubre de 2020

palabras sueltas

me susurraré

al oído

aquellas queridas palabras

que tanto anhelo oír

cuando no queda

más que decir

una voz me vuelve en mi

una voz que vuelve

una  otra vez

volviéndome fértil

de ideas que brillen

como bichos

deseosos de abandonar

mi cabeza

montada en veloces palabras

buscando oídos desconocidos

capaces de caer

por su propio peso específico

de verdades eternas y efímeras 

a la vez.



cultivo palabras

con el valor de aparecer

como si nada hubiera pasado

palabras con el tupé

irreverente

de las cuestiones de poca importancia

pero que sin ellas

no viviríamos.



temo el desierto

que puede crecer

en mi lengua desprevenida

temo la muerte

de aquellos tiernos brotes

que como poemas muertos

al nacer

me dejen sin descendencia.


Dejé las cosas

un poco libradas al azar

solo porque si

solo por dejar volar

las palabras

para que transformen una idea

y la hagan creer posible.



finalmente el tiempo llegó

dudas, vacilaciones

van gobernando por momentos

mi vida y trato de

encontrar el equilibrio

que me permita

ver con claridad el camino

y tal vez eso nunca suceda

tal vez simplemente deba   

permitir que las cosas fluyan

y dejar que el Universo

se encargue de todo

y entender finalmente

que todo va a estar bien

dejar que el curso de las palabras

encuentre su cauce

con el correr de los días.

jueves, 15 de octubre de 2020

Bitácora de viaje

Salí bien tarde anoche, tan tarde que cuando me quise acordar, ya era hoy.

"Me recibió una ciudad en llantos". A veces es difícil escribir en tiempo real lo que me pasa, es difícil ser el protagonista. Afuera, la lluvia, sin apuro, como la gente que camina bajo ella.

El tiempo acá se detuvo de maneras extrañas, tengo múltiples recursos, todos mezclados, sin cronología posible que ordene siquiera mi memoria. Conviven en mi cabeza momentos disímiles que el azar elige hoy para mi. 

Puedo decir que yo soy en todos esos recuerdos y a costa de ser obvio, el denominador común. Afuera a la gente pareciera no importarle mojarse bajo la lluvia, gente joven, mayor, ancianos, con chicos y bebés.

En fin aquí estoy observando la vida, mi vida. 

Hace una hora que llegué y me dan ganas de decir que nunca me fui del todo. Pero a quién engaño? Mi ciudad es otra, la que recuerdo, la que quedó grabada en mi memoria es una ciudad que no existe, fue reemplazada por esta que estoy viendo y me recibió como mejor pudo, tal vez sintiendo pena por mi, pero no fue la casualidad la que me trajo a esta vieja y nueva, pero querida ciudad. Cuando las casualidades cobran sentido, dejan de serlo.

Estoy aquí por algo que desde lo formal si puedo decir que tengo un propósito bien definido. Pero desde lo emotivo, no estoy tan seguro.

Vengo a "arreglar" ciertas cuestiones que tienen que ver con lo "burocrático y administrativo" que tiene una vida cuando deja de existir. Son cuestiones impostergables que de no cumplirlas, nos complicaría la vida, a los que seguimos vivos.

Hace un mes exactamente vine también a esta ciudad en un viaje que no hubiera querido hacer nunca. Hace un mes se moría mi papá y tuve que venir a comenzar algo que hoy vengo a continuar y eso es parte de la cuestión formal de la que hablaba, que va unido, es inseparable de lo otro, lo que tiene que ver con lo que nos pasa por dentro, frente a estas situaciones de lo que a mi me viene pasando. 

Hoy será un largo día, no lo se, pero haré lo mejor que pueda.

Escrito el 25 de enero de 2016



viernes, 11 de septiembre de 2020

Convocatoria libre, a los espíritus libres y creativos


 Buenos días, buenas tardes, buenas noches. Con estas palabras quiero convocar, como digo en el título a aquellos de espíritu libre y creativo. Voy a tratar de explicar de que se trata e intentaré ser lo más claro posible. No seré breve, aviso, cuando comienzo a escribir, no se cuando terminar y a veces termino cuando no tengo más que decir.

Básicamente lo que quiero hacer es buscar personas afines a mi espíritu, con quienes tener encuentros regulares a través de alguna plataforma (zoom, skype, meet, etc), con quienes poder compartir inquietudes de índole artística, filosófica, humanas. En principio quedarían excluidas la religión, la política partidaria, los deportes. Quiero tratar de ser lo más amplio posible en la inclusión de inquietudes. Creo que puedo decir que tengo un espíritu sensible a valores humanos universales. Pero soy un hombre imperfecto que aspira a un mundo mejor y creo que el mundo cambia, si uno cambia.

Mi búsqueda es a través del arte en general y en particular son la literatura (poesía, novela, cuentos, ensayos, etc), las artes plásticas y visuales (escultura, cine, fotografía, video…), la música (dentro de la música y quiero dejarlo claro desde el principio, respeto todas las corrientes musicales, pero no todas ellas son de mi agrado, el gusto es algo difícil de explicar: me gustan el rhythm and blues, el jazz (y sus vertientes y derivados), el rock (nacional e internacional, pero no todo) , el blues, el funk, el tango electrónico o de fusión, el candombe, el bossa nova y la música popular brasileña, la música clásica, el chillout y sus variantes, el lounge, algo de pop de los 80 y 90, la música disco (con los años, me di cuenta que me gusta bastante), electrónica (no todo), lo que en algún momento se llamó new age (música de influencias varias, mayormente instrumental), quedan definitivamente exceptuados de esta clasificación a saber: el reggaetón, la cumbia en todas sus variantes, variables y acepciones, sin excepción; quedan fuera también de mis preferencias la balada romántica en español, los ritmos caribeños (bachata, mambo, bolero, salsa, etc…), el country, el metal (salvo honrosas excepciones). Me gusta el cine de autor, me gusta el cine que cuenta historias, que conmueve, que emociona sin parafernalias de FX (me gustan, por supuesto) y que nos dejan pensando cuando salimos del cine o terminamos de verlas en casa, me gustan las historias de personas comunes y corrientes que tienen problemas comunes y corrientes, pero también me gusta la magia, la imaginación, la sorpresa, las ilusiones, no hablo de géneros cinematográficos, hablo de lo que me gusta cuando miro una película, me gusta identificarme con los personajes, creerles, amarlos, odiarlos. En fin, que se yo, contar historias a través de imágenes es algo poderoso e increíble. Me gusta la literatura como medio de expresión, me gustan los cuentos, la novela, la novela gráfica, la historieta, la poesía, con esas palabras me sumerjo en un sinfín de imágenes que estimulan mi imaginación, es algo que me pasa desde que era chico y comencé a leer. A través de la literatura uno conoce el mundo, aprende y comprende, se puede viajar, abre mundos desconocidos, universos, pero también podemos conocer como es el ser humano, saber de sus miedos, sus sueños, su dolor, aprendemos sobre el alma humana. Aquellos que han visto algo antes que nosotros, que han visto más allá y que no siempre son comprendidos, hablo de los autores, claro está… Siempre he admirado la magia de darle sentido a esa sucesión de palabras, con las mismas palabras que conocemos todos, ellos han hecho magia y eso es admirable, yo admiro a los escritores, a los artistas, a los artífices de la palabra. Creo en ellos cuando dicen que no podrían hacer otra cosa más que escribir.

La fotografía es otra manera de narrar historias y me fascina. También admiro a aquellos autores que nos han mostrado el mundo a través de sus ojos. Más que mil palabras dicen. Han construido con sus imágenes realidades que conviven con la nuestra, pero que no sabemos ver. Son como profetas (creo que todos los artistas lo son) que nos interpelan con sus obras, pero que nos dan esperanzas después de todo.

La pintura es para mí, libertad. A lo largo de la historia de las artes, es el artista alguien que puede o no pertenecer a su tiempo, pero que sabe capturar la esencia de su tiempo, puede condensar el sentido de la existencia del ser humano. Cuando miramos una pintura plasmada hace uno o dos siglos, incluso un graffiti, podemos descifrar en esas formas, colores, texturas, parte del alma de su autor. Uno puede expresarse a través del color, también de las formas, se deja llevar por una especie de ensueño mientras construye una imagen, por eso digo que es libertad. Al conocer la vida de muchos artistas, muchas veces el común denominador es la incomprensión, la indiferencia, la burla, la muerte, el olvido. Hay quienes descreen del artista como el ser que sufre para poder construir su obra, obviamente no todos los que sufren pueden ser artistas, ni todos los artistas han sufrido. Sin embargo, yo si creo que aquel que ha atravesado un tormento propio y nos deja un legado, se ha redimido y ha redimido parte de la humanidad. Vamos que hay seres que sufren por sus propias vidas, pero también por el ser humano, y eso se puede ver a través de sus obras.

Dicen que la filosofía es el arte de hacer preguntas más que de dar respuestas. Eso me interesa, la inquietud del espíritu, que nos obliga a estar siempre despiertos, alertas, atentos, en permanente vigilia. No creo que ninguna clase de dogma, de instrucciones, de recetas, de obsecuencias disfrazadas de lealtades. Creo que solo nos debemos lealtad a nuestra libertad, a nosotros mismos, a nuestros ideales, a quienes somos (aunque es cierto que el hombre también es una construcción social, atravesada por muchas fuerzas). Pero atentos que hoy somos alguien ciertamente diferente a quien fuimos ayer y seguramente a quien seremos mañana, no podemos pecar de necios, no podemos creernos la soberbia de nuestras posturas sin haberlas puesto en debate con alguien más, porque eso nos hace mejores personas. Una obra de arte es mejor porque puede ser disfrutada por alguien más que su autor. Personalmente creo en el poder de la palabra. Creo en compartir las ideas. Lo que nos está pasando ahora como sociedad, nos pone a prueba, no puede dejarnos indiferentes, nos exige compromiso, creatividad, nos desafía, corre los límites, las fronteras del pensamiento, de la acción.

Tengo inquietudes humanistas, ante todo, humanistas, por eso creo en la libertad de las mentes, de los corazones, de los espíritus. Y por eso digo que no creo en la religión como es entendida clásicamente, ni la política partidaria, porque son maneras de someter, siempre han sido maneras de someter y a esto le agrego ciertos deportes, lamentablemente, una práctica que supuestamente tiene que ver con la formación de las mentes y los cuerpos, se ha transformado en otro medio de sometimiento, que tiene que ver con intereses que están en las antípodas de aquellos cultores originales de las olimpíadas. El deporte se ha vuelto un negocio feroz, que necesita de una masa no pensante para poder crecer, que necesita almas simples para conseguir más y más poder. Utiliza la lógica de la competencia en su más cruel acepción, donde el oponente, es el rival a destruir, a vilipendiar a quien no piensa como uno, a quien no lleva los mismos colores, la misma bandera. Esta misma lógica, se aplica a la política partidaria, al menos en nuestro país (será por eso que muchos “simpatizantes” -barrabravas- de algún equipo de fútbol, forman parte de ciertas facciones políticas o sindicales). Pero no quiero quedarme con esto, no vale la pena.

Como decía, me interesa lo humano en el ser humano, aquello que lo hace sensible, y las formas en que un ser humano se manifiesta, a través del alma, del corazón, del intelecto, sobre todo de la creatividad, del espíritu incansable, indomable, libre.

“A veces cuando las cosas parecen estarse derrumbando puede que más bien se estén colocando en su lugar.” Dijo el Principito, entre otras cosas muy sabias.

Bien, al final debo decir que quedaron advertidos sobre la extensión del texto. Ahora que lo vuelvo a leer, es un texto con pretensión de manifiesto. Espero haya quedado claramente expuesta la intensión de quien escribe. No tengo pretensiones de tiempos. Quien se haga eco de esto, bienvenido. Por mensaje privado podremos ir conectándonos, claro si es que alguien llega al final de este testamento sin herederos. Lo iré republicando cada tanto. Muchas gracias.

lunes, 7 de septiembre de 2020

Aislamiento social obligatorio

Vivimos en (de) un estado paternalista. Desde mediados de los 40 que un gobierno importó la novedad y década tras década y golpes de estado mediante (y por supuesto, la letra con sangre entra), fuimos aprendiendo de las bondades de un estado que provee todo. Dicen que el primer trabajador moldeó y modeló la gran masa del pueblo argentino, para darle aquellos derechos que ignoraba que tenía. Ah y si a alguien no le gustaba o tenía alguna otra idea, palos. Pero no todo fue malaria. Es cierto que desde ese momento comenzó un gran período de prosperidad para la Argentina, fue el granero del mundo. El problema fueron las concesiones que se hicieron con algunos sectores, y la falta de un consenso con otros. Digamos que mataron la gallina de los huevos de oro, se dilapidó, se despilfarró, hicieron un pacto con el diablo en vez de hacerlo con los trabajadores. Dirán que la oligarquía, que el gorilaje, que los vendepatria, que los apóstatas de siempre, etc... Lo cierto es que cada uno que iba llegando al sillón de Rivadavia, usara botas o no, trataba de hacer lo opuesto a su predecesor. Por supuesto que muchos de los que iban llegando, se iban con las valijas llenas, salvo honrosas excepciones. Y por eso estamos como estamos. Divididos, empobrecidos, atravesados por antiguas desaveniencias que nunca terminamos de componer. "La política​ es el proceso de tomar decisiones que se aplican a todos los miembros de una comunidad humana. ... Es un quehacer ordenado al bien común. Es la ciencia social que estudia el poder público o del Estado." Esta es una definición que encontré en internet. Para el caso es útil. Como para poder partir de algo. También encontré otra definición: " Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados. ‖ 2. Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos." En fin, es algo cultural, es una manera que ha desarrollado el ser humano, como medio de organización de la sociedad, donde se supone que unos están al servicio de otros. En Argentina no es así, en muchos países de Latinoamérica tampoco, y en muchos, muchos otros países, menos. Dicen que tiene que ver con la corrupción estructural de las sociedades, que es algo cultural, que tiene diversos componentes, que es imposible detenerla. Que el ser humano es corrupto. Que de pequeño, ya tiene rasgos de corrupción. No lo sé. La honestidad "(La honestidad es una cualidad que define la calidad humana y consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, de acuerdo con los valores de verdad y justicia", internet es muy útil). Parecería que la corrupción, lo corrupto está en las antípodas de la honestidad. Hay más definiciones para honestidad, todas obtenidas de la web: "Como honestidad se designa la cualidad de honesto. Como tal, hace referencia a un conjunto de atributos personales, como la decencia, el pudor, la dignidad, la sinceridad, la justicia, la rectitud y la honradez en la forma de ser y de actuar. La palabra proviene del latín honestĭtas, honestitātis." 

Ahora bien, es evidente que la famosa primera institución social que es la familia, históricamente y en todas las sociedades, ha tenido y tiene aún hoy (pese a todo y a las nuevas formas occidentales de la familia) una gran importancia en la transmisión de los valores del ser humano, esos valores que pudimos encontrar en la primera definición de honestidad que citamos: "comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, de acuerdo con los valores de verdad y justicia", digo, los valores de verdad y justicia yo los comencé a vislumbrar antes de ir a la escuela, en mi casa y en mi entorno familiar. Después eso se habrá ido reforzando a lo largo de mi vida, cuando fui atravesando por un lado la instancia educativa pero por otro también en el contacto, en la interacción con mis semejantes. Todo lo que estoy exponiendo, todo lo aquí expresado, es una opinión, es una toma de posición, es una formulación de principios. O sea que como parte integrante de un conjunto social, el resto puede o no estar de acuerdo con lo aquí vertido.

Las historia de cada uno, va modelando un derrotero, una marcha y contramarcha. Un camino sembrado de dudas, de incertidumbres, de convicciones, de razones y sin razones que están en ebullición constante. Un pensamiento que evoluciona, podemos decir, siguiendo una fórmula misteriosa que está compuesta por todo aquello adquirido a través de la experiencia personal, por eso no habemos dos humanos iguales, gracias al Universo. Ese pensamiento auténtico, único y personal, tal vez no nos pertenezca del todo, porque pertenece un poco a todos quienes nos precedieron y a quienes son contemporáneos, por qué no. Pero es verdad eso que se dice: uno es esclavo de sus palabras y dueño de sus silencios. Y tambíén es dueño de sus dudas, de sus certezas (muy pocas, por suerte), pero también hay que decir que uno no está atado ni a las dudas ni a las certezas, porque estas son dinámicas, permanentemente se van corriendo las fronteras donde podemos hallar unas y otras: La certeza de hoy, es la duda de mañana y viceversa, por supuesto.
Pero aquí debo introducir algo personal, mi única certeza es y ha sido siempre, la necesidad de escribir y espero me acompañe hasta el último día. Porque esta certeza se me apareció un buen día frente a mí, pero junto con ella, la duda es la que hace que esto funcione. La oscuridad es necesaria para saber donde hay luz.
Volviendo un poco al principio de este escrito, debo que reconocer mis intereses, seguramente pertenecen a este momento de mi vida. Como ser social y político (vamos de nuevo) no estoy aislado de lo que nos pasa a todos, no puedo dejar de sentirme afectado directa e indirectamente por este fenómeno social, sanitario, cultural, político, económico en que ha devenido complejamente, el "aislamiento social obligatorio", término para nada ingenuo, como medida necesaria para protegernos de un virus. Sobrevino una pandemia de proporciones inusitadas, un virus altamente contagioso y contra el cual no hay vacunas, cuya transmisión es de persona a persona. 
Este aislamiento en nuestro país inició el 20 de marzo del corriente año 2020. Como no había tratamiento alguno para paliar las consecuencias de la infección, desde los países que se habían anticipado forzosamente a luchar contra el, dijeron que la única alternativa era, para cortar la circulación del virus, era aislarnos, ¿por cuanto tiempo?, tácitamente, por poco tiempo. Otros países ya sea de Asia, Europa, América, Oceanía iban teniendo diversas experiencias frente a la situación. Miles y miles de contagiados, miles y miles de muertos, y miles y miles de recuperados, en todo el mundo. 
Literalmente ha sido un sálvese quien pueda, no había recetas efectivas para enfrentar la situación. Aquel pueblito ignoto de China, donde se dieron los primeros casos, amaneció un buen día sin contagiados. ¿Que había pasado? nadie sabía que pasó. Rumores de científicos desaparecidos, vacunas promisorias, la cura estaba cerca. Parecía una película catástrofe clase B. Corrieron ríos de tinta, por parte de filósofos y pensadores, tratando de encontrar el pelo al huevo. Las famosas teorías conspirativas atravesaron veloces las redes sociales, los vaticinios sobre el nuevo orden mundial, los súbitos aprendizajes, las alertas de la naturaleza, la concientización de que no estamos solos en el mundo, fueron solo algunos indicios de que el año 2020 ha hecho historia.
Difícil condensar la cantidad de situaciones, de hechos que nos han ido presentando diversos desafíos permanentemente, en verdad no se puede hacer conclusiones: es como si alguien hubiese querido escribir sobre las consecuencias de la conquista española en América, durante el primer viaje de Colón.
Pero todos han querido dejar sus famosas palabras. Muchos han querido decir: "yo les avisé".
La verdad es que nadie la vio venir. 
Lo que sí es seguro que en Hollywood hay ejércitos de productores, directores, escritores tratando de construir la "historia" definitiva. 
La historia sigue escribiéndose, con y sin nosotros. En este momento es la incertidumbre la que subyace al "relato oficial", aquí en nuestro país nos fuimos acostumbrando a esperar cada dos o tres semanas, el anuncio oficial que era por un lado un informe detallado del curso sanitario de la pandemia, por otro los alcances de la cuarentena primero y el aislamiento social después, tanto que desde el gobierno sostienen que "no hay cuarentena". Sin embargo  el país está detenido, está colapsado, un porcentaje creciente de la población, ya descree de la efectividad de el aislamiento, diciendo directamente que estamos ante un estado de derecho debilitado y comprometido. No existe una oposición coherente. No hay un oficialismo coherente. En el medio  estamos más de 40 millones de ciudadanos, de primera, de segunda, de tercera, de cuarta que tratan de hacer lo mejor que pueden.
Seguimos aislados. Pero solo físicamente. Debemos ser muy agudos y críticos en este momento y no dejarnos engañar. Hay que ser más críticos que nunca con todo aquello que recibimos permanentemente como información, porque nada es ingenuo, nada se "informa" sin una razón. Que esta situación sirva al menos para pensar desde otro lugar lo que nos pasa como individuos, pero también como sociedad. Que este aislamiento sea motor en nosotros para encontrar nuevas formas de "des-aislarnos", de solidarizarnos con aquellos que la están pasando realmente mal. 
Escuché que un pensador, hace poco dijo: "que en lugar de pensar que sociedad tendremos luego de la pandemia, debemos pensar que sociedad queremos construir." Coincido.
Para cerrar, por ahora, me voy pensando que la vida está formada por dudas y certezas. Y que somos nosotros los que decidimos cuales son unas y cuales las otras.
Buenas noches.



lunes, 20 de abril de 2020

Palabras al filo de una mesa de doblado o como vemos transcurrir el siglo 21

Es un poco raro mencionar un elemento de trabajo que utilizo a diario. Y mientras estoy yendo y viniendo, subiendo y bajando, sonriendo por aquí y por allá, haciendo realidad los sueños de un cliente y de otro y de otro más, viendo todo a mi alrededor, como las personas, aquellas que son mis compañeros de trabajo, montan una escena frente a quienes detentan el poder para poder, valga la redundancia, hacerles creer que todo es como ellos esperan.
Sigo recordando algo que dijo uno de ellos hace bastantes años, uno que en aquel entonces era gerente y hoy no se, pero seguramente está encumbrado en una posición de más poder, a la cual debe haber llegado siguiendo su propia premisa: "a mi lo que me funciona es el miedo..." de esa manera pretendía decirnos como debíamos actuar en la empresa. Debíamos entonces y debemos ahora hacer lo que dicen, bajo coacción y haciéndoles creer lo convencidos que estamos de la "filosofía empresaria" que ellos encarnan.
Pero sin embargo hacen exactamente lo opuesto a lo que postulan y predican.
Nos saludamos y nos miramos a los ojos, y nos pretenden ignorantes e ingenuos.
Pero sin embargo y retomando las palabras dejadas inconclusas hace algunos meses, me encuentro hoy atravesando un momento extraño. Estamos como suspendidos en el aire del tiempo, sin avanzar (aparentemente), esperando, siempre esperando alguna decisión de alguien de arriba, como siempre (algunas cosas no cambian) pero sin embargo el mundo fue cambiando su fisonomía, sin que nos percatásemos.
Hay que tener cuidado con lo que se pide, con lo que se desea, porque inevitablemente llega. La globalización nos ha traído, ¿qué nos ha traído, entre otras cosas? Ah si, una pandemia universal que todavía está en curso. Si por supuesto que también nos había traído redes sociales, celulares smart, calentamiento global, derretimiento de los polos, incendios catastróficos, sunamis y huracanes devastadores, extinciones de la fauna y la flora, brechas sociales y económicas como nunca antes hubo, monedas virtuales, hiperconsumismo, chovinismo, egolatría, falta de empatía, insensibilidad, indiferencia, aumento de la violencia doméstica (femicidio? infanticidio?). Y curiosamente, en estos dos meses y pico que el COVID-19 está circulando como pancho por su casa, entrando y saliendo de diversos países, ha obligado a la "especie humana" a guardarse, para no permitir que esa circulación crezca aún más, se percibe un reverdecimiento de la tierra, de Gaia, cielos más transparentes y puros, respirables, aguas más cristalinas y habitables. No se si notan, pero hay un silencio más notorio por las noches, las estrellas brillan de otra manera. En fin.
Pero de nuevo con los pies sobre la tierra, debo reconocer que la actividad económica que sostiene a las sociedades, debe activarse nuevamente, es entendible, pero detrás de esa necesidad, vuelve a surgir la necesidad imperiosa de los "ricos y poderosos" a seguir acumulando. O sea, después de todo, nada nuevo bajo el sol.
Tenemos la increíble y tal vez irrepetible oportunidad de pensarnos, de reflexionar desde otro lado, desde otro punto de vista y esa oportunidad es una oportunidad personal, cada uno sabrá que hacer, yo no le voy a pedir "peras al olmo" ni que a los empresarios dueños de multinacionales, levanten la patita del acelerador. Una vez que tengan el permiso y luego de jurar y perjurar que van a hacer todo lo necesario para que "todos nos sintamos más seguros", van a levantar la persiana y que la maquinita comience a funcionar otra vez. De todas maneras va a llegar un lunes, en que nuevamente tengamos que seguir escuchando, que no llegamos al plan de ventas, que hay que sonreírle más que nunca al cliente y agradecerle por su compra, no sin antes pedirle que guarde distancia de nosotros: dos metros y sin olvidar de completar la encuesta de satisfacción: 9 y 10 es lo que sirve.