miércoles, 23 de diciembre de 2020
El año de la pandemia.
miércoles, 16 de diciembre de 2020
Hacer lo que te gusta.
De vez en cuando,
debería dejar por escrito algunas de mis sensaciones, para poder leerlas alguna
vez y recordar el momento que las originó.
Realmente cuando se
desea algo fervientemente, con sinceridad, con amor, con pasión por eso, con
una casi ilógica confianza y creencia, no hay otro camino más que eso deseado,
simplemente aparezca frente a uno. En este camino de aprendizajes iniciado hace
tanto tiempo, aún cuando todavía no sabía que lo había iniciado o que no me
quedaba del todo claro que lo había iniciado, o siquiera que había frente a mi
camino alguno, mi vida, mi ser, fue experimentando cambios imperceptibles que
me fueron preparando para lo que iba a sucederme irremediablemente. Tantas
preguntas entonces sin respuesta, hoy se van iluminando poco a poco y me
inundan de una felicidad extrema, una felicidad emocionante que me hace sentir
inmensamente afortunado, por ser quien soy y por estar donde y con quienes.
Cada nuevo paso, cada nuevo día y a pesar de todo lo que nos deja un sabor
amargo, voy experimentando una especie de libertad consciente. No es una
felicidad boba, sin sentido, si no muy por el contrario, es una felicidad que
sabe el por qué.
Si bien los pasos son
pequeños, casi imperceptibles muchas veces (casi siempre), diría como las
agujas del reloj, cuyo movimiento casi no notamos, pero que sin embargo ahí
están, moviéndose sin cesar, todo el tiempo, infinitamente, mis pasos me han
traído a este momento único e irrepetible, donde como dije, me va colmando una
felicidad emocionante, de descubrimientos permanentes donde todo cobra sentido,
un sentido muchas veces retrospectivo, que es algo así como la sensación de que
el Universo me va dando pequeñas (pero necesarias) palmaditas al hombro, para
decirme en un lenguaje mágico: seguí adelante, vos podes ser todo lo que
quieras y ciertamente mereces.
Enumerar las acciones,
las circunstancias, las personas, los momentos que han motivado que yo esté
aquí right here, right now sería
largo, un poco aburrido (porque a veces sencillamente no sucede nada, o sí) y
tal vez se pierda el sentido de lo que quiero decir, pero trataré de decirlo
con el ejemplo mismo de mi vida.
Podría comenzar
diciendo que en mi vida el arte ha tenido un camino arduo por no ser reconocido
por mí mismo, más que como un pasatiempo, un hobby, cuando en realidad debí
haberlo abrazado inmediatamente cuando tomé contacto con las primeras expresiones
artísticas. Siempre dudé de mí mismo y lo que podía ser capaz, de lo que yo
mismo podía generar. Vamos que no es que hoy tenga todo claro frente a mí, pero
este año, el haber estado tanto tiempo en casa con motivos de la pandemia y la
suspensión temporal en mi trabajo. Me permitió volver a acercarme a esa parte
de mí. Me permitió reconocer el origen de mi forma de ver y sentir lo
artístico. Hoy debo decir que tengo en mi todo el tiempo pensamientos,
razonamientos, reflexiones, ideas en torno a lo artístico. De hecho hoy en mi
casa (y hace algún tiempo ya) tengo colgados pinturas mías, he regalado algunas
a algunos familiares y amigos, pero siempre con un dejo de modestia, de pudor,
como de vergüenza y no sé por qué. Hace tiempo vengo experimentando desde lo
técnico con materiales y soportes, inicié y dejé trunca una carrera terciaria,
hice y deshice talleres de fotografía buscando, siempre buscando algo más. Y la
escritura que también siempre me acompañó, me fue sirviendo para tratar de
mediar, de entender, de pensar estas cuestiones en mi vida. Sin dudas todo esto
me apasiona, pero no alcanza. Como dije, tuve el tiempo suficiente en medio de
este hecho inédito de aislamiento social por tanto tiempo, que más allá que
haya perdido mi trabajo, de seguir cuestionándome a mí mismo sobre que debería
hacer conmigo y mi arte. Y he llegado a la conclusión de que quiero (o
quisiera) vivir de mi arte. Como sea. Pero sé que no alcanza, o al menos no de
la manera concreta que me alcanzaba con el empleo común y corriente, que dejé
de tener hace un par de meses. O sea dicho más llanamente, hay que seguir
pagando cuentas.
Desde hace un tiempo
y siguiendo con mi cuestión experimentativa en cuanto a lo artístico, empecé a
trabajar con materiales que podríamos llamar de descarte: trozos de madera,
alambre, clavos, tornillos y otros objetos metálicos pequeños, a eso les fui
agregando de acuerdo a mi criterio, color para construir nuevos objetos. Esto
no es novedoso, obviamente, pero puedo decir que si bien artistas cuya
especialidad es por ejemplo (y por llamarla de alguna manera) el retrato, cada
uno tiene una particularidad, un estilo que hace que esos retratos sean únicos.
Quiero decir en mi caso que luego de ver que muchos artistas, sobre todo a
partir del siglo XX, han trabajado desde la construcción de sentido a partir de
materiales de origen natural o industrial, para resignificar una idea, un
concepto a partir de su particular visión, me he sentido inspirados en ellos
para mis propias obras y concepto. Grandes artistas me han servido de guía para
poder construir las pequeñas piezas que hago. Están aquellos artistas
consagrados y que al menos de nombre son muy conocidos mundialmente, pero
también hay un ejército de artistas que trabajan incansablemente desde el
anonimato y que también considero absolutamente talentosos y de los cuales he
aprendido mucho (sigo aprendiendo, me fascina). Y esta es la razón por la cual
no menciono aquellos nombres conocidos, por respeto a los que no han sido “bendecidos”
por las luces del éxito comercial (tan necesario en nuestra sociedad).
La vida de todos esos
artistas me inspira permanentemente, si hay una época, una corriente artística
que ha dejado una huella profunda en las generaciones siguientes, que ha dejado
abierta las infinitas posibilidades artísticas actuales y por venir, es a mi
modesto juicio, el impresionismo. Los anteriores movimientos y corrientes,
considero, fueron absolutamente necesarios para llegar al impresionismo, pero
creo fervientemente que los impresionistas fueron bisagra fundamental para
poder comprender todo lo que vino después, por decirlo de alguna manera, han
sido ellos quienes cambiaron las reglas de juego para todo el arte que vino a
partir del siglo XX. Insisto en lo personal y subjetivo de mi pensamiento, pero
sería una voz más en el concierto de voces que hablan de arte. Y siento que
puede ser tan válida como cualquier otra.
Pero no quería
ahondar tanto en estas cuestiones tan técnicas, sino más bien decir que en este
tiempo de aislamiento que decidí llamar #cuarentenacreativa pude desarrollar y
construir objetos varios a partir de los elementos mencionados anteriormente.
Dándoles mi propia impronta de autor, porque lo que en definitiva soy es eso:
un autor, un artista. Y me ha costado, me cuesta dar a conocer mi trabajo, mi
manera de ver el mundo, mi forma de expresarme a través de esos personajes que
fui creando, de esos objetos únicos y particulares.
Con respecto a dar a
conocer mi trabajo, ha sido un tanto difícil para mí ya que no tengo un manejo
muy fluido de las redes sociales, espacios absolutamente necesarios a esta
altura de la vida para todo aquel que quiera difundir lo que hace y lo que yo
hago, también necesita de esa difusión. Además de autor y artista, también me
considero emprendedor, ya que me estoy haciendo cargo de la difusión y venta de
mi propia obra, entonces por eso el espacio ideal es una feria de emprendedores
donde yo puedo darme a conocer. Decidí encarar esta parte del camino, de esta
manera, como un artista emprendedor. Y es por eso que el próximo domingo 20 de
diciembre del corriente y no tan corriente año 2020, voy a participar de una. Y
luego de una sucesión de circunstancias, tras las cuales y luego de consultar
como participar y con la advertencia de no tener la seguridad de participar, un
finde anterior atravesado por lluvias y tormentas, la inseguridad de poder
participar y la confirmación ayer mismo de que finalmente participaría, es que
puedo expresar una vez más mi agradecimiento infinito al Universo.
Definitivamente para empezar a caminar hay que dar un primer paso. Dicho esto,
insisto en la creencia de que cuando uno desea realmente algo, con el alma, el
corazón, absolutamente convencido de lo que está haciendo, simplemente sucede.
Hacer lo que te gusta, es un camino lleno de obstáculos que no podríamos nunca dejar de andar. Yo a mis 55 años, estoy comenzando a entenderlo, más vale tarde que nunca. Me acuesto y me levanto cada día pensando que hacer, como hacerlo, divago sobre formas, colores, materiales y soportes. Siento que mientras pueda seguir así, estaré bien, mientras mis pensamientos persigan esas ideas, mientras mi creatividad siga viva, mientras la imaginación no se detenga, habrá vida por delante que valga la pena ser vivida. Y por supuesto seguir siendo feliz por el camino elegido, en la compañía de mis seres amados, ya que sin ellos, nada de lo anterior hubiera sido posible o valdría la pena.
miércoles, 2 de diciembre de 2020
Carta de amor a mi futuro ser en el trabajo.
La vida da oportunidades y a veces es una sucesión de ellas, aunque no siempre las veamos porque estamos demasiado ocupados quejándonos. Seguramente hemos oído muchas veces que las crisis son oportunidades. Pero cuando nos sucede a nosotros comenzamos con un ciclo de quejas y autocompasión, muy negativo. Pero hay que romper con eso, hay que salir del “agujero interior”…
Lo importante es lo
que somos como personas. Lo importante es lo que construimos, la impronta que
queremos dejar en este mundo. La huella que estamos llamados a dejar. Siento
positivamente que estamos en esta vida para decir: aquí estamos. Y la huella que yo quiero dejar en este lugar es a
través del Arte. Sin dudas, si alguien me preguntara como quisiera ser
recordado, respondería que me gustaría ser recordado como un artista inquieto. Desde que tengo uso de
razón lo artístico estuvo en mi vida. Siendo muy chico, recuerdo a mi papá
pintando al óleo, cuando él volvía de trabajar. Los olores a trementina, aceite
de lino, óleo quedaron en mi memoria olfativa y emotiva, y me marcaron a fuego.
Fueron mi puerta de entrada al mundo artístico, sin saberlo, obviamente. Fueron
el descubrimiento de un mundo posible. Encontré en la expresión artística, una
nueva forma de comunicarme, de apasionarme por algo. Claro que todo fue
sucediendo lentamente, no fue inmediato. Al camino del arte lo recorrí en
distintos tramos, escribiendo, dibujando, pintando, recortando y pegando,
fotografiando, todo era válido, experimenté y mucho, por mis propios medios,
hice mucho ensayo y error. Todo era ir descubriendo poco a poco y para eso hice
cursos, talleres, inicié carreras, busqué libros, discos, miré películas, leí
las historias de los artistas, vi películas sobre ellos, leí libros sobre
ellos, absorbí todo cuanto pude sobre artistas diferentes: pintores,
escultores, músicos, poetas, novelistas, fotógrafos, en fin, cuanto más
conocía, más quería conocer. Ver las similitudes o diferencias entre ellos.
Conocer detalles de esas vidas, de sus obras, de sus tormentos. Todos eran
seres humanos atravesados por pasiones y miserias, dolores y triunfos, eran
seres que en muchos casos no supieron ser otra cosa que lo que fueron. Y lo
mejor de todo es que sus vidas están ahí, perpetuadas a través de sus obras, de
su legado y hoy son, al menos para mí, un faro en medio de la oscuridad. Y por
eso quiero emprender finalmente y de manera definitiva este camino, el camino a
través del arte.
A lo largo de mi vida
me desempeñé en muchos empleos, suponiendo que serían por un tiempo, que eran
necesarios para mantenerme a mí mismo por un tiempo y para mí familia más
adelante. De todos adquirí la experiencia necesaria para dar el paso siguiente,
de todos me llevé el recuerdo de muchas
personas y de todos aprendí un poco más sobre mí y también de la vida, pero
fundamentalmente aprendí de mí mismo. Es tal vez lo más valioso que nos queda,
aquello que vivimos junto a otras personas, que transitan nuestro mismo camino,
por un tiempo.
La vida es
aprendizaje, sigo aprendiendo, he aprendido a soltar, no sin dificultad, cuando
fue necesario, para estar liviano, para poder continuar el camino y seguir
aprendiendo. Y es por esto que puedo detenerme un momento y ver el camino que
me trajo hasta aquí. Pero también vislumbrar el porvenir, es un punto de inicio
para lo que resta y quiero que sea a través del arte, porque se positivamente
que así quiero que me recuerden, como aquel tipo que a pesar de todo, hizo lo
que lo hacía feliz. Es mi deseo personal para mí, pero también lo es para quien
se tome uno o dos minutos para leer este manifiesto.
domingo, 1 de noviembre de 2020
sábado, 31 de octubre de 2020
palabras sueltas
me susurraré
al oído
aquellas queridas palabras
que tanto anhelo oír
cuando no queda
más que decir
una voz me vuelve en mi
una voz que vuelve
una otra vez
volviéndome fértil
de ideas que brillen
como bichos
deseosos de abandonar
mi cabeza
montada en veloces palabras
buscando oídos desconocidos
capaces de caer
por su propio peso específico
de verdades eternas y efímeras
a la vez.
cultivo palabras
con el valor de aparecer
como si nada hubiera pasado
palabras con el tupé
irreverente
de las cuestiones de poca importancia
pero que sin ellas
no viviríamos.
temo el desierto
que puede crecer
en mi lengua desprevenida
temo la muerte
de aquellos tiernos brotes
que como poemas muertos
al nacer
me dejen sin descendencia.
Dejé las cosas
un poco libradas al azar
solo porque si
solo por dejar volar
las palabras
para que transformen una idea
y la hagan creer posible.
finalmente el tiempo llegó
dudas, vacilaciones
van gobernando por momentos
mi vida y trato de
encontrar el equilibrio
que me permita
ver con claridad el camino
y tal vez eso nunca suceda
tal vez simplemente deba
permitir que las cosas fluyan
y dejar que el Universo
se encargue de todo
y entender finalmente
que todo va a estar bien
dejar que el curso de las palabras
encuentre su cauce
con el correr de los días.
jueves, 15 de octubre de 2020
Bitácora de viaje
Salí bien tarde anoche, tan tarde que cuando me quise acordar, ya era hoy.
"Me recibió una ciudad en llantos". A veces es difícil escribir en tiempo real lo que me pasa, es difícil ser el protagonista. Afuera, la lluvia, sin apuro, como la gente que camina bajo ella.
El tiempo acá se detuvo de maneras extrañas, tengo múltiples recursos, todos mezclados, sin cronología posible que ordene siquiera mi memoria. Conviven en mi cabeza momentos disímiles que el azar elige hoy para mi.
Puedo decir que yo soy en todos esos recuerdos y a costa de ser obvio, el denominador común. Afuera a la gente pareciera no importarle mojarse bajo la lluvia, gente joven, mayor, ancianos, con chicos y bebés.
En fin aquí estoy observando la vida, mi vida.
Hace una hora que llegué y me dan ganas de decir que nunca me fui del todo. Pero a quién engaño? Mi ciudad es otra, la que recuerdo, la que quedó grabada en mi memoria es una ciudad que no existe, fue reemplazada por esta que estoy viendo y me recibió como mejor pudo, tal vez sintiendo pena por mi, pero no fue la casualidad la que me trajo a esta vieja y nueva, pero querida ciudad. Cuando las casualidades cobran sentido, dejan de serlo.
Estoy aquí por algo que desde lo formal si puedo decir que tengo un propósito bien definido. Pero desde lo emotivo, no estoy tan seguro.
Vengo a "arreglar" ciertas cuestiones que tienen que ver con lo "burocrático y administrativo" que tiene una vida cuando deja de existir. Son cuestiones impostergables que de no cumplirlas, nos complicaría la vida, a los que seguimos vivos.
Hace un mes exactamente vine también a esta ciudad en un viaje que no hubiera querido hacer nunca. Hace un mes se moría mi papá y tuve que venir a comenzar algo que hoy vengo a continuar y eso es parte de la cuestión formal de la que hablaba, que va unido, es inseparable de lo otro, lo que tiene que ver con lo que nos pasa por dentro, frente a estas situaciones de lo que a mi me viene pasando.
Hoy será un largo día, no lo se, pero haré lo mejor que pueda.
Escrito el 25 de enero de 2016
viernes, 11 de septiembre de 2020
Convocatoria libre, a los espíritus libres y creativos
Básicamente lo que quiero hacer es buscar personas
afines a mi espíritu, con quienes tener encuentros regulares a través de alguna
plataforma (zoom, skype, meet, etc), con quienes poder compartir inquietudes de
índole artística, filosófica, humanas. En principio quedarían excluidas la
religión, la política partidaria, los deportes. Quiero tratar de ser lo más amplio
posible en la inclusión de inquietudes. Creo que puedo decir que tengo un
espíritu sensible a valores humanos universales. Pero soy un hombre imperfecto
que aspira a un mundo mejor y creo que el mundo cambia, si uno cambia.
Mi búsqueda es a través del arte en general y en
particular son la literatura (poesía, novela, cuentos, ensayos, etc), las artes
plásticas y visuales (escultura, cine, fotografía, video…), la música (dentro
de la música y quiero dejarlo claro desde el principio, respeto todas las
corrientes musicales, pero no todas ellas son de mi agrado, el gusto es algo
difícil de explicar: me gustan el rhythm
and blues, el jazz (y sus vertientes y derivados), el rock (nacional e
internacional, pero no todo) , el blues, el funk, el tango electrónico o de fusión,
el candombe, el bossa nova y la música popular brasileña, la música clásica, el
chillout y sus variantes, el lounge, algo de pop de los 80 y 90, la música disco
(con los años, me di cuenta que me gusta bastante), electrónica (no todo), lo
que en algún momento se llamó new age (música de influencias varias, mayormente
instrumental), quedan definitivamente exceptuados de esta clasificación a saber:
el reggaetón, la cumbia en todas sus variantes, variables y acepciones, sin
excepción; quedan fuera también de mis preferencias la balada romántica en
español, los ritmos caribeños (bachata, mambo, bolero, salsa, etc…), el
country, el metal (salvo honrosas excepciones). Me gusta el cine de autor, me
gusta el cine que cuenta historias, que conmueve, que emociona sin
parafernalias de FX (me gustan, por supuesto) y que nos dejan pensando cuando
salimos del cine o terminamos de verlas en casa, me gustan las historias de
personas comunes y corrientes que tienen problemas comunes y corrientes, pero también
me gusta la magia, la imaginación, la sorpresa, las ilusiones, no hablo de
géneros cinematográficos, hablo de lo que me gusta cuando miro una película, me
gusta identificarme con los personajes, creerles, amarlos, odiarlos. En fin,
que se yo, contar historias a través de imágenes es algo poderoso e increíble.
Me gusta la literatura como medio de expresión, me gustan los cuentos, la novela,
la novela gráfica, la historieta, la poesía, con esas palabras me sumerjo en un
sinfín de imágenes que estimulan mi imaginación, es algo que me pasa desde que
era chico y comencé a leer. A través de la literatura uno conoce el mundo, aprende
y comprende, se puede viajar, abre mundos desconocidos, universos, pero también
podemos conocer como es el ser humano, saber de sus miedos, sus sueños, su
dolor, aprendemos sobre el alma humana. Aquellos que han visto algo antes que
nosotros, que han visto más allá y que no siempre son comprendidos, hablo de
los autores, claro está… Siempre he admirado la magia de darle sentido a esa
sucesión de palabras, con las mismas palabras que conocemos todos, ellos han hecho
magia y eso es admirable, yo admiro a los escritores, a los artistas, a los
artífices de la palabra. Creo en ellos cuando dicen que no podrían hacer otra
cosa más que escribir.
La fotografía es otra manera de narrar historias y me
fascina. También admiro a aquellos autores que nos han mostrado el mundo a
través de sus ojos. Más que mil palabras dicen. Han construido con sus imágenes
realidades que conviven con la nuestra, pero que no sabemos ver. Son como
profetas (creo que todos los artistas lo son) que nos interpelan con sus obras,
pero que nos dan esperanzas después de todo.
La pintura es para mí, libertad. A lo largo de la historia
de las artes, es el artista alguien que puede o no pertenecer a su tiempo, pero
que sabe capturar la esencia de su tiempo, puede condensar el sentido de la
existencia del ser humano. Cuando miramos una pintura plasmada hace uno o dos
siglos, incluso un graffiti, podemos descifrar en esas formas, colores,
texturas, parte del alma de su autor. Uno puede expresarse a través del color,
también de las formas, se deja llevar por una especie de ensueño mientras
construye una imagen, por eso digo que es libertad. Al conocer la vida de
muchos artistas, muchas veces el común denominador es la incomprensión, la
indiferencia, la burla, la muerte, el olvido. Hay quienes descreen del artista
como el ser que sufre para poder construir su obra, obviamente no todos los que
sufren pueden ser artistas, ni todos los artistas han sufrido. Sin embargo, yo
si creo que aquel que ha atravesado un tormento propio y nos deja un legado, se
ha redimido y ha redimido parte de la humanidad. Vamos que hay seres que sufren
por sus propias vidas, pero también por el ser humano, y eso se puede ver a
través de sus obras.
Dicen que la filosofía es el arte de hacer preguntas
más que de dar respuestas. Eso me interesa, la inquietud del espíritu, que nos
obliga a estar siempre despiertos, alertas, atentos, en permanente vigilia. No
creo que ninguna clase de dogma, de instrucciones, de recetas, de obsecuencias
disfrazadas de lealtades. Creo que solo nos debemos lealtad a nuestra libertad,
a nosotros mismos, a nuestros ideales, a quienes somos (aunque es cierto que el
hombre también es una construcción social, atravesada por muchas fuerzas). Pero
atentos que hoy somos alguien ciertamente diferente a quien fuimos ayer y
seguramente a quien seremos mañana, no podemos pecar de necios, no podemos
creernos la soberbia de nuestras posturas sin haberlas puesto en debate con
alguien más, porque eso nos hace mejores personas. Una obra de arte es mejor
porque puede ser disfrutada por alguien más que su autor. Personalmente creo en
el poder de la palabra. Creo en compartir las ideas. Lo que nos está pasando
ahora como sociedad, nos pone a prueba, no puede dejarnos indiferentes, nos
exige compromiso, creatividad, nos desafía, corre los límites, las fronteras
del pensamiento, de la acción.
Tengo inquietudes humanistas, ante todo, humanistas,
por eso creo en la libertad de las mentes, de los corazones, de los espíritus.
Y por eso digo que no creo en la religión como es entendida clásicamente, ni la
política partidaria, porque son maneras de someter, siempre han sido maneras de
someter y a esto le agrego ciertos deportes, lamentablemente, una práctica que
supuestamente tiene que ver con la formación de las mentes y los cuerpos, se ha
transformado en otro medio de sometimiento, que tiene que ver con intereses que
están en las antípodas de aquellos cultores originales de las olimpíadas. El
deporte se ha vuelto un negocio feroz, que necesita de una masa no pensante
para poder crecer, que necesita almas simples para conseguir más y más poder. Utiliza
la lógica de la competencia en su más cruel acepción, donde el oponente, es el
rival a destruir, a vilipendiar a quien no piensa como uno, a quien no lleva
los mismos colores, la misma bandera. Esta misma lógica, se aplica a la política
partidaria, al menos en nuestro país (será por eso que muchos “simpatizantes”
-barrabravas- de algún equipo de fútbol, forman parte de ciertas facciones
políticas o sindicales). Pero no quiero quedarme con esto, no vale la pena.
Como decía, me interesa lo humano en el ser humano,
aquello que lo hace sensible, y las formas en que un ser humano se manifiesta,
a través del alma, del corazón, del intelecto, sobre todo de la creatividad,
del espíritu incansable, indomable, libre.
“A veces cuando las cosas parecen estarse derrumbando
puede que más bien se estén colocando en su lugar.” Dijo el Principito, entre
otras cosas muy sabias.
Bien, al final debo decir que quedaron advertidos
sobre la extensión del texto. Ahora que lo vuelvo a leer, es un texto con
pretensión de manifiesto. Espero haya quedado claramente expuesta la intensión
de quien escribe. No tengo pretensiones de tiempos. Quien se haga eco de esto,
bienvenido. Por mensaje privado podremos ir conectándonos, claro si es que
alguien llega al final de este testamento sin herederos. Lo iré republicando
cada tanto. Muchas gracias.
lunes, 7 de septiembre de 2020
Aislamiento social obligatorio
Ahora bien, es evidente que la famosa primera institución social que es la familia, históricamente y en todas las sociedades, ha tenido y tiene aún hoy (pese a todo y a las nuevas formas occidentales de la familia) una gran importancia en la transmisión de los valores del ser humano, esos valores que pudimos encontrar en la primera definición de honestidad que citamos: "comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, de acuerdo con los valores de verdad y justicia", digo, los valores de verdad y justicia yo los comencé a vislumbrar antes de ir a la escuela, en mi casa y en mi entorno familiar. Después eso se habrá ido reforzando a lo largo de mi vida, cuando fui atravesando por un lado la instancia educativa pero por otro también en el contacto, en la interacción con mis semejantes. Todo lo que estoy exponiendo, todo lo aquí expresado, es una opinión, es una toma de posición, es una formulación de principios. O sea que como parte integrante de un conjunto social, el resto puede o no estar de acuerdo con lo aquí vertido.
jueves, 2 de julio de 2020
martes, 2 de junio de 2020
viernes, 15 de mayo de 2020
lunes, 20 de abril de 2020
Palabras al filo de una mesa de doblado o como vemos transcurrir el siglo 21
Sigo recordando algo que dijo uno de ellos hace bastantes años, uno que en aquel entonces era gerente y hoy no se, pero seguramente está encumbrado en una posición de más poder, a la cual debe haber llegado siguiendo su propia premisa: "a mi lo que me funciona es el miedo..." de esa manera pretendía decirnos como debíamos actuar en la empresa. Debíamos entonces y debemos ahora hacer lo que dicen, bajo coacción y haciéndoles creer lo convencidos que estamos de la "filosofía empresaria" que ellos encarnan.
Pero sin embargo hacen exactamente lo opuesto a lo que postulan y predican.
Nos saludamos y nos miramos a los ojos, y nos pretenden ignorantes e ingenuos.
Pero sin embargo y retomando las palabras dejadas inconclusas hace algunos meses, me encuentro hoy atravesando un momento extraño. Estamos como suspendidos en el aire del tiempo, sin avanzar (aparentemente), esperando, siempre esperando alguna decisión de alguien de arriba, como siempre (algunas cosas no cambian) pero sin embargo el mundo fue cambiando su fisonomía, sin que nos percatásemos.
Hay que tener cuidado con lo que se pide, con lo que se desea, porque inevitablemente llega. La globalización nos ha traído, ¿qué nos ha traído, entre otras cosas? Ah si, una pandemia universal que todavía está en curso. Si por supuesto que también nos había traído redes sociales, celulares smart, calentamiento global, derretimiento de los polos, incendios catastróficos, sunamis y huracanes devastadores, extinciones de la fauna y la flora, brechas sociales y económicas como nunca antes hubo, monedas virtuales, hiperconsumismo, chovinismo, egolatría, falta de empatía, insensibilidad, indiferencia, aumento de la violencia doméstica (femicidio? infanticidio?). Y curiosamente, en estos dos meses y pico que el COVID-19 está circulando como pancho por su casa, entrando y saliendo de diversos países, ha obligado a la "especie humana" a guardarse, para no permitir que esa circulación crezca aún más, se percibe un reverdecimiento de la tierra, de Gaia, cielos más transparentes y puros, respirables, aguas más cristalinas y habitables. No se si notan, pero hay un silencio más notorio por las noches, las estrellas brillan de otra manera. En fin.
Pero de nuevo con los pies sobre la tierra, debo reconocer que la actividad económica que sostiene a las sociedades, debe activarse nuevamente, es entendible, pero detrás de esa necesidad, vuelve a surgir la necesidad imperiosa de los "ricos y poderosos" a seguir acumulando. O sea, después de todo, nada nuevo bajo el sol.
Tenemos la increíble y tal vez irrepetible oportunidad de pensarnos, de reflexionar desde otro lado, desde otro punto de vista y esa oportunidad es una oportunidad personal, cada uno sabrá que hacer, yo no le voy a pedir "peras al olmo" ni que a los empresarios dueños de multinacionales, levanten la patita del acelerador. Una vez que tengan el permiso y luego de jurar y perjurar que van a hacer todo lo necesario para que "todos nos sintamos más seguros", van a levantar la persiana y que la maquinita comience a funcionar otra vez. De todas maneras va a llegar un lunes, en que nuevamente tengamos que seguir escuchando, que no llegamos al plan de ventas, que hay que sonreírle más que nunca al cliente y agradecerle por su compra, no sin antes pedirle que guarde distancia de nosotros: dos metros y sin olvidar de completar la encuesta de satisfacción: 9 y 10 es lo que sirve.