domingo, 22 de diciembre de 2019

sábado, 21 de diciembre de 2019

Universo

Nos merecemos ser Felices así, con mayúscula. Se lo estoy declarando al universo, nos merecemos la felicidad: Milagros, Gabriela y yo.
Trabajamos cada momento, cada minuto, cada hora, cada día del año para ser Felices, juntos, en la alegría, en la tristeza, en la incertidumbre, en la certeza de que juntos es mejor llevar adelante todo eso y más. Estamos permanentemente aprendiendo, el camino nos enseña todo el tiempo y el tiempo nos fortalece.
Cada día es una sorpresa. Cada día una oportunidad de seguir aprendiendo. Cada día nos hace un poquito mejores en el amor. Es un camino difícil, duro, injusto a veces porque por momentos pareciera no haber luz, no haber esperanza, no haber salida.
Y es que la luz somos nosotros, nosotros construimos la salida, nosotros somos la esperanza porque estamos juntos, aprendiendo, siempre aprendiendo.
Universo, por eso nos merecemos ser Felices, porque este año despedimos físicamente a seres que amamos, seres que nos dieron la vida y nos han visto crecer. Y por eso también estamos agradecidos. Y de eso también aprendemos.
Aquí estamos preparados para lo que tenga que ser Universo, gracias, gracias, gracias. Y por eso estoy declarándoselo al Universo.
Nos merecemos ser Felices. Gracias.

viernes, 13 de diciembre de 2019

Gracias.

Gracias Universo por mi vida y por todo lo bueno y también por lo malo, porque es una maravillosa oportunidad de crecer y ser consciente del infinito, del Universo y de que todo lo que hagamos involucra a todos los demás. 
Gracias Universo por permitirme ser parte de esta energía poderosa que hoy me rodea y está en mi.
Gracias.

martes, 29 de octubre de 2019

Nietzche

Friedrich Nietzche dijo:

"En la vida familiar, el amor es el aceite que alivia la fricción, el cemento que se une más cerca, y la música que trae armonía."

Me gusta mucho esa definición de amor: aceite que alivia la fricción. Porque en una familia la fricción es inevitable. Pero si hay amor, todo es más sencillo. 

lunes, 22 de julio de 2019

Navidad o un recuerdo bonito.

24 de diciembre. Una Navidad más, un año menos, un poco más viejo, un poco más sabio? Van quedando menos seres amados, vamos quedando un poco más solos. Es inevitable pensar en estas cosas en este momento. Hay cosas por las cuales sentirse afortunados, creer de verdad en que la felicidad existe y tiene los ojos de nuestros hijos, de mi hija. Para mí personalmente ella es lo mejor que he podido hacer con la vida. Si hoy tuviera que rendirle cuentas a alguien superior, le diría que lo mejor que me sucedió en la vida es mi hija; porque después de ella, no hay mucho más de lo cual sentirme orgulloso.
No obstante hay tantas cosas que agradecer a la vida. Y siempre queda poco tiempo para eso. Para agradecer.
Cuando empecé a escribir esto, a fines del 2017, hace un par de años, mi viejita todavía estaba con nosotros. Marzo de 2019, nos dijo que ya era su hora. Que había sido suficiente. Que había hecho lo necesario por todos nosotros. Fui testigo impotente, frente a esa enfermedad que se la fue llevando poco a poco. Ya no se cuando habrá sido la última vez que pudimos hablar de manera razonable. Fui viendo como poco a poco se fue apagando su luz que supo ser inmensa y brillante. Cuanto duró ese triste proceso, 4 - 5 años, o más. Como saberlo. Y a mí ¿cuánto me llevó darme cuenta de lo evidente e inexorable. Al principio era no querer ver el problema, ya estaba ahí. Era mejor convencerse de lo contrario. Me decía a mi mismo que era distracción, capricho, que "estaba grande", cualquier cosa era mejor que pensar en lo inevitable.
Y me queda infinidad de recuerdos, que solo yo guardo ahora. ¿Que hubo cosas que no dije nunca? seguramente, siempre y para siempre. Pero no voy a pensar en eso y mejor pensar en las que dije y lo que pude hacer por ella.
Las últimas dos Navidades, ya no estuvo en casa, ya estaba al cuidado de otras personas, desconocidas, pero que supieron ocuparse de ella. Ya no podía quedarse en su casa, era peligroso para ella misma. Pobrecita, por momentos sabía que no estaba en su casa y una duda tan grande como la culpa que me embargaba, había comenzado a echar raíces en mi mente: que casa recordaba ella, cual era a donde ella quería volver siempre y me pedía una y otra vez, una y otra vez rogándome para que la llevara de vuelta. Aunque también me decía que quería venir a mi casa, los pocos fogonazos de lucidez que podía tener brevemente, le daban la suficiente claridad para saber donde vivía yo y con quienes.
Yo creo que en nuestra vejez vienen a visitarnos antiguos fantasmas que alguna vez creamos. Y esos fantasmas tienen para nosotros rostros familiares, conocidos, pero que sin embargo vienen a interpelarnos acerca nuestra vida y como nos hemos conducido a lo largo y ancho de ella. O tal vez no es así, pero es mejor creerlo, solo como mecanismo de autocastigo, porque así lo creemos mejor.
La vida continúa. No es ningún misterio. Es así nada más y nada menos. Y yo sigo aquí tratando de recordarla lo mejor posible


lunes, 25 de febrero de 2019

Esfuerzo y Sacrificio.

Esfuerzo y sacrificio. Parece el nombre de un club de barrio. Pero es lo que se le pide siempre a los trabajadores. Y hoy no fue la excepción y me pregunto ¿cuando será el día que el empresario lo haga? Me pregunto ¿cuál será el esfuerzo y sacrificio que hace el empresario? ¿No echar gente? ¿No ganar más? 
La situación del país siempre recae en los hombros del trabajador pero nunca en los del empresario, pareciera ser, que quiere achicar gastos y costos a expensas del trabajador y nunca reduciendo su propio beneficio. Que curioso, ¿no? Digo ¿y si probamos con reducir la pretensión de las ganancias que tienen los empresarios? ¿Será mucho pedir? Porque nuestros sueldos hace rato que vienen tolerando y soportando como pueden ese esfuerzo y sacrificio. O sea nosotros, los trabajadores, ya hemos comenzado a hacer el esfuerzo y sacrificio hace tiempo, en la fe y esperanza de que las cosas van a mejorar el trabajador vive sus jornadas laborales en la incertidumbre, haciendo lo mejor posible su tarea, poniendo el hombre para sostener su fuente de trabajo, porque eso sabemos hacer, porque eso es lo que hacemos día a día, poner el hombro y el pecho a la situación. Estaré atento a lo que vaya sucediendo y seguiré expresando lo que crea.
¿Por que escribo esto? Porque no puedo dejar de hacerlo y hacía mucho tiempo que no escribía. Y lo necesitaba. Si alguien se inquieta será su problema. 
Hasta cualquier momento.