sábado, 31 de octubre de 2020

palabras sueltas

me susurraré

al oído

aquellas queridas palabras

que tanto anhelo oír

cuando no queda

más que decir

una voz me vuelve en mi

una voz que vuelve

una  otra vez

volviéndome fértil

de ideas que brillen

como bichos

deseosos de abandonar

mi cabeza

montada en veloces palabras

buscando oídos desconocidos

capaces de caer

por su propio peso específico

de verdades eternas y efímeras 

a la vez.



cultivo palabras

con el valor de aparecer

como si nada hubiera pasado

palabras con el tupé

irreverente

de las cuestiones de poca importancia

pero que sin ellas

no viviríamos.



temo el desierto

que puede crecer

en mi lengua desprevenida

temo la muerte

de aquellos tiernos brotes

que como poemas muertos

al nacer

me dejen sin descendencia.


Dejé las cosas

un poco libradas al azar

solo porque si

solo por dejar volar

las palabras

para que transformen una idea

y la hagan creer posible.



finalmente el tiempo llegó

dudas, vacilaciones

van gobernando por momentos

mi vida y trato de

encontrar el equilibrio

que me permita

ver con claridad el camino

y tal vez eso nunca suceda

tal vez simplemente deba   

permitir que las cosas fluyan

y dejar que el Universo

se encargue de todo

y entender finalmente

que todo va a estar bien

dejar que el curso de las palabras

encuentre su cauce

con el correr de los días.

jueves, 15 de octubre de 2020

Bitácora de viaje

Salí bien tarde anoche, tan tarde que cuando me quise acordar, ya era hoy.

"Me recibió una ciudad en llantos". A veces es difícil escribir en tiempo real lo que me pasa, es difícil ser el protagonista. Afuera, la lluvia, sin apuro, como la gente que camina bajo ella.

El tiempo acá se detuvo de maneras extrañas, tengo múltiples recursos, todos mezclados, sin cronología posible que ordene siquiera mi memoria. Conviven en mi cabeza momentos disímiles que el azar elige hoy para mi. 

Puedo decir que yo soy en todos esos recuerdos y a costa de ser obvio, el denominador común. Afuera a la gente pareciera no importarle mojarse bajo la lluvia, gente joven, mayor, ancianos, con chicos y bebés.

En fin aquí estoy observando la vida, mi vida. 

Hace una hora que llegué y me dan ganas de decir que nunca me fui del todo. Pero a quién engaño? Mi ciudad es otra, la que recuerdo, la que quedó grabada en mi memoria es una ciudad que no existe, fue reemplazada por esta que estoy viendo y me recibió como mejor pudo, tal vez sintiendo pena por mi, pero no fue la casualidad la que me trajo a esta vieja y nueva, pero querida ciudad. Cuando las casualidades cobran sentido, dejan de serlo.

Estoy aquí por algo que desde lo formal si puedo decir que tengo un propósito bien definido. Pero desde lo emotivo, no estoy tan seguro.

Vengo a "arreglar" ciertas cuestiones que tienen que ver con lo "burocrático y administrativo" que tiene una vida cuando deja de existir. Son cuestiones impostergables que de no cumplirlas, nos complicaría la vida, a los que seguimos vivos.

Hace un mes exactamente vine también a esta ciudad en un viaje que no hubiera querido hacer nunca. Hace un mes se moría mi papá y tuve que venir a comenzar algo que hoy vengo a continuar y eso es parte de la cuestión formal de la que hablaba, que va unido, es inseparable de lo otro, lo que tiene que ver con lo que nos pasa por dentro, frente a estas situaciones de lo que a mi me viene pasando. 

Hoy será un largo día, no lo se, pero haré lo mejor que pueda.

Escrito el 25 de enero de 2016