me susurraré
al oído
aquellas queridas palabras
que tanto anhelo oír
cuando no queda
más que decir
una voz me vuelve en mi
una voz que vuelve
una otra vez
volviéndome fértil
de ideas que brillen
como bichos
deseosos de abandonar
mi cabeza
montada en veloces palabras
buscando oídos desconocidos
capaces de caer
por su propio peso específico
de verdades eternas y efímeras
a la vez.
cultivo palabras
con el valor de aparecer
como si nada hubiera pasado
palabras con el tupé
irreverente
de las cuestiones de poca importancia
pero que sin ellas
no viviríamos.
temo el desierto
que puede crecer
en mi lengua desprevenida
temo la muerte
de aquellos tiernos brotes
que como poemas muertos
al nacer
me dejen sin descendencia.
Dejé las cosas
un poco libradas al azar
solo porque si
solo por dejar volar
las palabras
para que transformen una idea
y la hagan creer posible.
finalmente el tiempo llegó
dudas, vacilaciones
van gobernando por momentos
mi vida y trato de
encontrar el equilibrio
que me permita
ver con claridad el camino
y tal vez eso nunca suceda
tal vez simplemente deba
permitir que las cosas fluyan
y dejar que el Universo
se encargue de todo
y entender finalmente
que todo va a estar bien
dejar que el curso de las palabras
encuentre su cauce
con el correr de los días.