jueves, 30 de marzo de 2017

Tiempos difíciles.

Lamentablemente hoy en día pareciera que la meta de los trabajadores es conservar su trabajo. Porque se corre el riesgo de perderlo con un sin número de excusas. Ciertos representantes, no nos representan. Porque prefieren cuidar sus propios intereses, se callan la boca, miran para otro lado, se guardan en el bolsillo lo que todos saben. Actúan como si nada. Enferma ver como se vende la dignidad del hombre a precio de remate.
Hablo con uno y con otro y es la misma sensación. Desesperanza, desilusión, tristeza, indignación, bronca, miedo. Y están también los que con una sonrisa socarrona, mal contenida, parecieran decir: "yo se los dije". Será posible, pienso, que haya personas que se alegran de que nos vaya mal? Preferiría pensar que no. Pero ahí los veo, sentados tomando una cerveza con ese aire de soberbia inescrupulosa. Ignorantes de una realidad que tampoco los dejará de lado. 
Me pregunto, tanto cuesta entender que viajamos todos en el mismo barco? 
La incertidumbre por lo que sucederá el día de mañana, se va comiendo poco a poco, las pocas certezas que nos iban quedando. 



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