Es un manifiesto, una declaración de principios.
Los objetos creados tienen una identidad
propia, son únicos, pero tienen el mismo ADN. La idea, la voluntad creadora
permite que conecten y se comuniquen, se expresen aún en silencio, pero con
personalidad. A partir de ciertas formas, evocan recuerdos, la naturalidad de
sus texturas, transmiten emociones tal vez olvidadas. Cuando los vemos, vemos
mucho más que la suma de las partes. Cuando están frente a nosotros, vemos una
idea concreta. Vemos la materialización de un sueño. Vemos la nueva oportunidad
que nos da el Universo de encontrar algo bello, de recuperar aquello que
extraviamos y que nos devuelva una sonrisa. Y porque están escondidos en cada
pedazo de madera que encuentro, lo único que me queda, es permitir que ustedes
también los encuentren y conozcan.
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