La vida da oportunidades y a veces es una sucesión de ellas, aunque no siempre las veamos porque estamos demasiado ocupados quejándonos. Seguramente hemos oído muchas veces que las crisis son oportunidades. Pero cuando nos sucede a nosotros comenzamos con un ciclo de quejas y autocompasión, muy negativo. Pero hay que romper con eso, hay que salir del “agujero interior”…
Lo importante es lo
que somos como personas. Lo importante es lo que construimos, la impronta que
queremos dejar en este mundo. La huella que estamos llamados a dejar. Siento
positivamente que estamos en esta vida para decir: aquí estamos. Y la huella que yo quiero dejar en este lugar es a
través del Arte. Sin dudas, si alguien me preguntara como quisiera ser
recordado, respondería que me gustaría ser recordado como un artista inquieto. Desde que tengo uso de
razón lo artístico estuvo en mi vida. Siendo muy chico, recuerdo a mi papá
pintando al óleo, cuando él volvía de trabajar. Los olores a trementina, aceite
de lino, óleo quedaron en mi memoria olfativa y emotiva, y me marcaron a fuego.
Fueron mi puerta de entrada al mundo artístico, sin saberlo, obviamente. Fueron
el descubrimiento de un mundo posible. Encontré en la expresión artística, una
nueva forma de comunicarme, de apasionarme por algo. Claro que todo fue
sucediendo lentamente, no fue inmediato. Al camino del arte lo recorrí en
distintos tramos, escribiendo, dibujando, pintando, recortando y pegando,
fotografiando, todo era válido, experimenté y mucho, por mis propios medios,
hice mucho ensayo y error. Todo era ir descubriendo poco a poco y para eso hice
cursos, talleres, inicié carreras, busqué libros, discos, miré películas, leí
las historias de los artistas, vi películas sobre ellos, leí libros sobre
ellos, absorbí todo cuanto pude sobre artistas diferentes: pintores,
escultores, músicos, poetas, novelistas, fotógrafos, en fin, cuanto más
conocía, más quería conocer. Ver las similitudes o diferencias entre ellos.
Conocer detalles de esas vidas, de sus obras, de sus tormentos. Todos eran
seres humanos atravesados por pasiones y miserias, dolores y triunfos, eran
seres que en muchos casos no supieron ser otra cosa que lo que fueron. Y lo
mejor de todo es que sus vidas están ahí, perpetuadas a través de sus obras, de
su legado y hoy son, al menos para mí, un faro en medio de la oscuridad. Y por
eso quiero emprender finalmente y de manera definitiva este camino, el camino a
través del arte.
A lo largo de mi vida
me desempeñé en muchos empleos, suponiendo que serían por un tiempo, que eran
necesarios para mantenerme a mí mismo por un tiempo y para mí familia más
adelante. De todos adquirí la experiencia necesaria para dar el paso siguiente,
de todos me llevé el recuerdo de muchas
personas y de todos aprendí un poco más sobre mí y también de la vida, pero
fundamentalmente aprendí de mí mismo. Es tal vez lo más valioso que nos queda,
aquello que vivimos junto a otras personas, que transitan nuestro mismo camino,
por un tiempo.
La vida es
aprendizaje, sigo aprendiendo, he aprendido a soltar, no sin dificultad, cuando
fue necesario, para estar liviano, para poder continuar el camino y seguir
aprendiendo. Y es por esto que puedo detenerme un momento y ver el camino que
me trajo hasta aquí. Pero también vislumbrar el porvenir, es un punto de inicio
para lo que resta y quiero que sea a través del arte, porque se positivamente
que así quiero que me recuerden, como aquel tipo que a pesar de todo, hizo lo
que lo hacía feliz. Es mi deseo personal para mí, pero también lo es para quien
se tome uno o dos minutos para leer este manifiesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario