viernes, 25 de noviembre de 2022

Like o no Like.

 

 

Qué cosa con esta costumbre de poner emoticones ahí por los muros de las redes sociales. Sea cual sea la red social, ponemos un pulgar para arriba o uno para abajo, un corazoncito, una sonrisa, una carita enojada, un aplausito, etc… Pero casi no hay impresiones escritas, no hay devoluciones explicadas más que con esos dibujitos simpáticos, coloridos pero que a veces aburren, cansan y son tan fríos e inexpresivos, tan faltos de humanidad.

De veras que yo prefiero que cuando escribo alguna reflexión, alguien, quien sea, aunque no nos conozcamos me apruebe o desapruebe escribiéndome algunas palabras al menos. Las “redes sociales” por momentos “desocializan”, porque ponen mayor distancia entre las personas, cumplen con la formalidad de responder sin involucrarse demasiado.

Hoy es viernes en Buenos Aires, Argentina. Está cayendo la tarde, dándole lugar a la noche. En el poniente ya se vislumbran los tonos violáceos y anaranjados de esta primavera del Gran Buenos Aires. Una brisa fresca recorre la calle, entra por mi ventana agitando la cortina. Se van apagando los rumores callejeros del tránsito.

Es el atardecer de otra jornada de búsqueda laboral, que llega a su fin tratando de encontrar eso que se esconde mezquino: un empleo. Mañana será sábado, luego domingo y finalmente (o nuevamente) lunes para comenzar todo de nuevo.

Muchas gracias y buen viernes.

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