martes, 17 de noviembre de 2015

Encuentro con los grandes

extraño lugar ese
cubierto paraje con dientes rotos
de cuyos moldes de hierro
brotan figuras de formol y amoníaco
y así encuentro en una mesa de bar
discutiendo a Artaud con Kafka y Freud
en otra más allá puedo ver
a Poe tomando un té de menta
mientras Tuñón lee Crítica a su lado
mis pies me dejan luego
frente a un hotel y por las escaleras llego
al segundo piso, habitación 17
quien me abre es Nietzsche
juntos, con él, Cortázar y Sartre
teníamos un truco en pareja
a mí me tocó jugar con Sartre
no sabía pero Cortázar hacía trampas
y a Sartre no le salían las señas
para colmo, Nietzsche se pasó con la ginebra
extraño lugar ese
donde las ranas ofrecen conciertos en el Colón
y veo bailar a un conejo con una tortuga
sobre una mesa de billar
juegan en otra mesa, sin mucha alegría por cierto
Lorca y Eliott
los curiosos son Borges, Rimbaud y Neruda
que se ríen de los pifies de Lorca
en ese momento, un revuelo de palomas coloradas
me dice que se me va el tren
cuando me siento en el vagón
me saludan con la mano
un par de vecinos de la abuela de Víctor Hugo
y además por la ventana gentilmente me alcanzan
un pollo al horno para el viaje
a mi lado se sienta, muy sonriente por cierto
Bradbury y se pone a leer una revista de fútbol
cuando tengo hambre le ofrezco una pata de pollo
él a cambio me convida con una mateada
cuando llegamos a Quilmes, yo bajo
como él continúa, le dejo el pollo
y me lo agradece, tenía una cara de hambre...
(flaco es el destino del artista)
media hora después de bajarme del tren
estoy en casa escribiendo o tratando

porque no se me ocurre nada...

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