miércoles, 18 de noviembre de 2015

Reflejos en el café.

Veo mis ojos reflejados
en la negra realidad del café
que humea sueños de vapor.

El tiempo
ese aliado - traidor - enemigo
que nunca podemos conocer
me visita
y yo presento mi flanco débil
y lo aprovecha
mascando con sorna su infinita fortuna.

Cuando se va
mi café ya está frío
        ya está muerto
y yo...
con el resabio
de la impotencia en la garganta,
miro por la ventana y veo
el viento del otoño
que desparrama la noticia
por el universo:
"...el Tiempo ya llegó,
la última hora ha comenzado,
la cuenta regresiva, ya se inició."
¿Qué nos queda por pensar?
¿Qué nos queda por decir?
¿Qué nos queda por hacer?
¿Habrá tiempo para pensar, decir o hacer
aquello que no fue pensado, dicho ni hecho?
Es solamente un capricho
del reloj cósmico
que podamos completar nuestra vida.

En algún punto del infinito
sabremos alguna vez
lo que en esta existencia
nos ha sucedido y por qué
y podremos, ¿por qué no?
vernos en el espejo retrospectivo.
Y entonces nuevamente
yo pueda ver, eternidad por medio,
mis ojos reflejados
en la negra realidad del café,

que humea sueños de vapor.

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