domingo, 5 de abril de 2015

Palabras en el trabajo

Palabras en el trabajo

25 de enero de 2015 a la(s) 9:36
Wilde 17 de enero de 2015, siendo alrededor de las 16 hs.

Es curioso pensar en el tiempo mientras pienso en el tiempo.
Casi dos horas pasaron desde que entré al trabajo, casi tres que salí de casa.
En caso de transcribir esto, lo haré posiblemente a última hora de hoy o tal vez mañana, igualmente no es seguro. Y entonces cuando las palabras se plasmen nuevamente, ya esta reflexión sobre el tiempo será tan solo una anécdota. Apenas ocupará un breve pensamiento en mí, siendo que ahora mismo, mientras lo escribo, es un pensamiento que ocupa una parte fundamental en mi mente, en el aquí y ahora.
Escribir es apenas un ejercicio que solo me satisface a mí, es por así decirlo, un entretenimiento egoísta, que tal vez deja de serlo si alguien más lo lee, porque definitivamente yo soy mi primer y solitario lector. Cuando alguien más recorre esas palabras, participa de alguna manera en mis ideas sean cuales sean.
Y finalmente o no finalmente, han transcurrido unos quince minutos desde que escribí las primeras palabras de esta reflexión. Porque escribir lleva tiempo y el tiempo transcurre como más blando, más amable, diferente en este momento en que estoy escribiendo y llenando esta hoja de papel con las palabras que tratan de dar forma a aquellas ideas que surgen en mi mente.
Y el tiempo continúa ciertamente su camino indiferente a todo, eso es un punto crucial, el tiempo es inmutable, lo inmutable es precisamente la percepción que tenemos de él. Y lo mejor (o lo peor según se mire) es que mientras yo sigo escribiendo, el tiempo sigue su marcha irreversible, irremediable, absolutamente ajeno a cualquier pensamiento que sobre él pueda o podamos volcar.
Para mí ya transcurrió, afortunadamente digo, casi media hora, pero atento y aquí es cuando lo subjetivo se transforma en algo fundamental, esa media hora que pasé si bien me acerca al momento en que termine mi horario laboral, me acerca también un poco más a la muerte. Y este es un pensamiento existencialista pero a la vez humano, cada fracción de tiempo por pequeña o grande que sea, nos acerca también irremediablemente a la muerte, entonces este pensamiento que si bien en un principio pudo ser banal, trivial se torna vital porque estamos hablando del sentido de la vida porque hablar de la existencia es hablar de nuestra condición humana: trágica, vital, finita y con mucho sentido. Precisamente con el sentido que decidamos darle, con el rumbo que queramos para nuestra propia vida.
En el momento que estoy escribiendo esto sigo consciente precisamente del tiempo y de cómo transcurre y debo hacer referencia nuevamente a que desde que comencé a escribir ya ha transcurrido bastante más de una hora. El tiempo sigue su rumbo totalmente ajeno de mis palabras, de mis ideas.
En fin, lo único cierto es que me encuentro conmigo mismo mientras expongo en este papel mis ideas, las cuales probablemente no sean para nada originales, pero hoy por hoy mientras yo invierto “mi tiempo” en escribir esto, otras personas a mi alrededor consumen su tiempo, consumiendo o con otros problemas más “cotidianos” que también hablan de la vida. Pienso también que a mi alrededor en la vida diaria de mi trabajo, puede ser que no todos compartan estas inquietudes, cada cual con sus pensamientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario